jueves, 7 de abril de 2011

W. Baumeister, pintor lúcido

Conocí la obra de Baumeister cuando la Fundación Caja Madrid trajo una gran selección de su obra en el otoño del 2003. Antes sólo tenía algunas referencias fotográficas de su elaboradísima abstracción. Me cautivó desde el primer golpe de vista. Con el tiempo he ido valorando su obra cada vez más. Y sus cuadros me llevaron a sus escritos sobre arte. Suele ser ya tradición entre los abstractos dedicar parte de su tiempo a la meditación por escrito de cuestiones relacionadas con aspectos de su práctica artística. De Kandinsky a Motherwell casi todos han sucumbido a esa tentación. La lucidez y la profundidad de pensamiento de Baumeister son, sin embargo, infrecuentes. Hoy sólo quiero traer a colación unas palabras suyas sobre el hombre y su comportamiento en sociedad: "Los hombres son como una familia de erizos, con púas en su piel. En invierno se aproximan para darse calor, pero, al juntarse, se hieren entre sí: obtienen calor a costa de las heridas que se producen..."
Sabía, sin duda, de lo que hablaba pues no en balde había sido humillado por los nazis y su país se recuperaba lenta y dolorosamente de una guerra que le perseguiría como un estigma.

2 comentarios:

  1. La alegoría de los erizos no es original de Baumeister: es de Arthur Schopenhauer. Fue también utilizada por Luis Cernuda como introducción de "Donde habite el olvido".

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  2. Es muy probable que así sea. Baumeister, como un hijo ilustrado de su época, seguramente era un buen lector de Schopenhauer, al igual que Cernuda. Gracias por la puntualización.

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