martes, 30 de agosto de 2016

Fábrica Modelo del Werkbund, Colonia. Gropius y Meyer, 1914.


No cabe duda de que el estudio de Behrens (véase la entrada correspondiente a su Crematorio de Delstern) fue un fértil semillero para la arquitectura moderna: por allí pasaron un buen número de jóvenes arquitectos entre los que destacan Le Corbusier, Mies van der Rohe o el propio Gropius. Este último pasó dos años de formación en dicho estudio e inmediatamente después se asocia con Adolf Meyer,futuro profesor también en la Bauhaus, con el que en 1911 firma el diseño de la revolucionaria fábrica de zapatos Fagus, primer edificio industrial que incorpora el muro cortina y la presencia del cristal incluso para las esquinas.


Aprovechando las enseñanzas de Behrens para la creación de un nuevo estilo industrial, Gropius y Meyer adaptan su método a unos objetivos distintos. Ya no se trata de glorificar al capitalismo elevando la fábrica a categoría de templo, sino de hacer de ella un lugar higiénico y amable donde trabajar en las mejores condiciones posibles. De ahí el interés por transmitir una sensación de ligereza y transparencia más que de masa.


En 1914 Gropius y Meyer reciben el encargo de proyectar una fábrica modelo para la exposición Werkbund de Colonia. Con dichos presupuestos los dos arquitectos idean un pabellón de entrada simétrico y de desnudas paredes de ladrillo flanqueado por dos cajas acristaladas y curvas que protegen unas aerodinámicas escaleras helicoidales. Resaltar de este pabellón las llamativas cubiertas voladas y los parapetos que tanto nos recuerdan las casas de Wright, arquitecto que desde hacía unos pocos años era bien conocido en Europa.
El edificio más grande era la sala de máquinas, concebida a modo de una típica nave ferroviaria y situada en el eje principal del conjunto. La perfecta simetría del esquema se rompía conscientemente al final del mismo con el pabellón Deutzer Gasmotoren, situado a la izquierda de la nave y que, de manera harto simbólica, se encontraba adornado, a un lado, por una estatua reclinada de aspecto neoclásico y, al opuesto, por una gran turbina de gas, elevada así a categoría de monumento artístico.



Solo añadir que durante los años que coincidieron en la Bauhaus, Gropius y Meyer continuaron asociados como arquitectos trabajando en distintos proyectos hasta la muerte del segundo, en 1929.

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