tag:blogger.com,1999:blog-59649750442298502432024-03-13T16:35:13.659+01:00 TANQUE DE TORMENTASSueltos de Arte, Música y Literaturafran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.comBlogger380125tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-40019420206504674122023-11-08T12:56:00.004+01:002023-11-08T12:56:41.232+01:00La Pequeña Memoria<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-tzVx-1iAiuN9Dbt9DVhJCyVZsg49Budj7TzN43I06BCPAzy1BT7DqVgP6JDiSTL8hSlD-4k0_rIUidezlIYnfbfBvmLyQtnGuiiJyfWs_wYHmp-x6bsraYjDjQef5NB8iDhjZsjgyg5nXIaV9QH4OCWCf4pjitIX-U0h6NC2VZNj2zJWCFpR5Uu7AEFr/s884/boltanski%20REserve%20de%20Suisses%20morts,%201991.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="884" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-tzVx-1iAiuN9Dbt9DVhJCyVZsg49Budj7TzN43I06BCPAzy1BT7DqVgP6JDiSTL8hSlD-4k0_rIUidezlIYnfbfBvmLyQtnGuiiJyfWs_wYHmp-x6bsraYjDjQef5NB8iDhjZsjgyg5nXIaV9QH4OCWCf4pjitIX-U0h6NC2VZNj2zJWCFpR5Uu7AEFr/s320/boltanski%20REserve%20de%20Suisses%20morts,%201991.jpg" width="320" /></a></div><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> Rèserve de Suisses Morts, Botanski, 1991</span><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">Que yo sepa, fue el artista Christian Boltanski quien acuñó
el concepto “pequeña memoria”, y yo me lo voy a apropiar por un rato.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aunque su contenido sea el pasado la memoria es siempre un
acto presente y necesariamente personal.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La memoria histórica o colectiva, con sus desagradables mayúsculas
correspondientes, es una elaboración interesada que se intenta transmitir a
través de ciertas instancias del poder, lo medios de comunicación de masas y
los libros de Historia. Además de ser una contradicción en los términos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La pequeña memoria, en cambio, es la que nos hace únicos y
desaparece con la muerte. Por eso es tan frágil y efímera. La pequeña memoria
es lo opuesto a la pérdida de identidad, a ese desolador igualarse en el
olvido, tan difícil de soportar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Reivindico el ejercicio de la pequeña memoria que permite la
conservación de lo emocional y lo subjetivo y que, por tanto, refuta las metáforas
totalizadoras del pasado. Cuando miramos cientos de cadáveres todos nos parecen
iguales. <o:p></o:p></span></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-69781242372349820842023-10-30T10:57:00.002+01:002023-10-30T10:57:26.657+01:00Federico Jaime o cómo hacer ver lo invisible<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pero el latido de nuestro corazón nos impulsa más abajo, a las
profundidades del suelo primigenio, porque no solo reproducimos lo ya visto con
más o menos entusiasmo, sino también hacemos visible lo secretamente
vislumbrado<o:p></o:p></i></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">Paul Klee, “Sobre el
arte moderno”.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"><span> </span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjTpq0EyymStpJBqYfJ10wKEuyGPz-Xbrn_dLHUEM-gxVZC9_dNN3j6arLAgha0gGwzYg59jtz_gWFxaDRNpdG66c17QBn2bulybOIQJYVUrHKkcIMX9VMaM7RvjfC7MGm8EutVq-O-sByTXV1K36thkp4HJc_ICb2UMhasHRuE96qVcFRytdphd9bX8dIu" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2767" data-original-width="3856" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjTpq0EyymStpJBqYfJ10wKEuyGPz-Xbrn_dLHUEM-gxVZC9_dNN3j6arLAgha0gGwzYg59jtz_gWFxaDRNpdG66c17QBn2bulybOIQJYVUrHKkcIMX9VMaM7RvjfC7MGm8EutVq-O-sByTXV1K36thkp4HJc_ICb2UMhasHRuE96qVcFRytdphd9bX8dIu" width="320" /></a></div><br /> Candente. Pastel al óleo sobre papel, 2021<p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">Ocurre en la pintura de Federico Jaime algo parecido a lo que
nos pasa cuando entramos en una habitación a oscuras. Necesitamos permanecer un
cierto tiempo en esa repentina oscuridad hasta que el ojo se habitúa y comienza
poco a poco a descubrir todo aquello que estaba ahí y hasta entonces no podía
ver. En la abstracción de F J –refinada, sutil, resultante de una minuciosa
aleación entre la Naturaleza y la Forma- el ojo necesita tiempo para aprehender
la pintura, pues es la propia pintura lo que acontece en ella.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un proceder artístico que si bien ha resuelto, por un lado, renunciar
a la utilización del tradicional sistema de correspondencias entre el mundo
sensible y su correlato representativo, apostando por una depuración de la
forma y un tratamiento autónomo del color, por otro, evita conscientemente
desnaturalizarse del todo, no perder cierta vinculación anímica con la
naturaleza, para, de ese modo, seguir ejerciendo un ineludible papel de mediador
entre dos polos: lo natural y lo ideal o, lo que es lo mismo, la realidad y el
deseo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y es en esa nueva gramática de la
composición, que ya habían tanteado maestros pioneros de la abstracción<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como Hilma af Klint o Kandinsky y de la que,
años más tarde, Paul Klee se ocupará por extenso hasta sentar las bases de sus
preceptos teóricos sin necesidad de rastro teosófico alguno<a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_edn1" name="_ednref1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
en la que nos parece<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ver inscrita la
obra de F J. Una obra que de un modo libre y lírico nunca ha dejado de dialogar
con la naturaleza. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Libre pero
rigurosamente contenido</span></i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> es el título de un óleo sobre lienzo que precisamente Klee pinta en 1930
cuando se encontraba ocupado en una serie de trabajos en torno al problema de
la forma. En una sucesión de círculos concéntricos de tonos azules y rojos
tierra que semejan un vórtice en cuyo centro un círculo irregular, compuesto
por la suma de esos mismos tonos, actúa de punto focal, Klee logra integrar un
violento movimiento en espiral dentro de un complejo orden de carácter
visiblemente aleatorio, en consonancia con ciertos fenómenos naturales como
puedan ser los remolinos de aire, agua o polvo. Todo esto encuentra
confirmación en sus notas de clase cuando el artista aborda los distintos tipos
de movimiento posibles en el agua o en la atmósfera detallando cómo se pueden
trasladar al ámbito formal a través de ejemplos tomados de la naturaleza y la
técnica (el molino de agua, la circulación sanguínea o la morfología de una
planta)<a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_edn2" name="_ednref2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[ii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
Es, pues, evidente que el diálogo con la naturaleza se convierte, también en el
caso de Klee, en una condición necesaria para el ejercicio de su arte. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A lo largo del siglo XX, sin embargo, la abstracción
pictórica se ha conducido por caminos muy distintos y, unas veces, ha elegido
la dirección de una pureza pensada desde el ideal matemático, caso del espacio
figurativo de Mondrian, o bien desde una presentida representación de lo
absoluto, que nos llevaría al suprematismo de Malévich, por ejemplo; otras
veces, ha preferido la gestualidad impulsiva en línea con lo que Harold
Rosenberg bautizó como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">action painting</i>
en el contexto norteamericano una vez acabada la Segunda Guerra Mundial. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero hay una tercera alternativa en la que la abstracción de
F. J. se sentiría más cómodamente afincada. Una abstracción, llamaremos,
sensual que a partir de la disponibilidad formal de los diferentes elementos de
la composición (ritmo, equilibrio, volumen, proporción y color) los combina con
aquellos otros que la intuición aporta por medio de las muy diversas formas de
la experiencia. Vía esta interesantísima en la que el artista es consciente, a
la vez, de dos certezas: la insuficiencia del lenguaje –del signo que sea- para
nombrar lo real y la propia dificultad para captar y comprender lo real, que
parece siempre hostil a los sentidos y preferir vagar en lo oculto. Así, si la
tarea del arte no fuera otra que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hacer
visible lo invisible del mundo </i>el desafío del artista dependería en gran
medida de la manera en que utilizara sus medios para la elaboración de un nuevo
lenguaje que asuma tanto la insuficiencia lingüística vinculada a la crisis de
la representación como los serios obstáculos que, sin duda, aparecerán en
cuanto se disponga a aprehender lo real. Desde este punto de vista, la pintura
no puede aparecer como algo puro en sí, sino más bien como huella de la
relación –siempre problemática- entre objeto y sujeto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un análisis de la obra de F. J. nos permite identificar el rigor
y la inspiración con los que se adentra en este territorio que ya fue explorado
en el pasado reciente con gran rendimiento por artistas de tanto talento como
Klee, Willi Baumeister o Jürgen Partenheimer. Las formas con las que, en
efecto, nuestro pintor da cuenta de lo real en los dibujos que nos presenta no
son aquéllas perfectas y autosuficientes de lo que, podríamos llamar, la
intuición de la esencia, sino esas otras de las imágenes, signos y símbolos con
los que construimos nuestro mundo. Frente al ideal matemático o puro de la
abstracción, F.J. reivindica una concepción de la forma pensada como
composición, como construcción abierta en la que conviven e interactúan los elementos
anteriormente mencionados: ritmo, equilibrio, proporción, volumen y color.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Una imagen reducida a su forma es, en el fondo, un concepto
poético. No hace falta haber leído a Jung para saber que, más o menos, desde
principios del siglo XX un impulso generalizado ha guiado a muchos de los
artistas modernos a las fuentes de lo que él denominó “el inconsciente
colectivo” y yo prefiero llamar, más escuetamente, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">el
origen</i>, es decir, esa parte de la psique que conserva y transmite la común
herencia de la humanidad. Símbolos unas veces, y otras arquetipos, tan
desconocidos y profundos que a menudo su posible significación se nos enreda en
la espesura de las mitologías<a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_edn3" name="_ednref3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[iii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
Fijémonos por un momento en la tela que el artista titula <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Emblema Azul</i>, contrapunto en cuanto a formato y técnica de esta
exposición. ¿Qué vemos? Sobre un rico y grumoso fondo azul moteado de rojo
(como un mar picado) emerge, en un tono azul algo distinto, una enigmática
forma compleja que se adueña de la superficie y capta toda la atención de
nuestra mirada. Por el título sabemos que estamos viendo algo con vocación de
representación simbólica de otro algo muy distinto; ¿acaso una bella variación
estilizada del célebre crismón de la primitiva iconografía cristiana o más
bien, en el ámbito de la pictografía conceptual de Oriente,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un libre ensamblaje de los ideogramas chinos
para señalar<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> arriba</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">abajo</i>, o quizá nada de todo esto y
sencillamente una invención creativa y feliz del propio artista con valor de
emblema ornamental?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg-a9vLmwaIQccfprtNHpS_uL-TOpvFgIZaCxYxYDonp9NATlYXLtd7htZksDRJeumrYS3aW37820gtpKlJb7az467dgMqt-ou00Mwi5cwgpzbXwohclL2CISqtC0GcbOqtWkN7sRJCPAla8hyhRjyWSSkXW2i0bkwJTVII6AgZ8g8hjZWxhShUBsiJOeUQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2143" data-original-width="1836" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg-a9vLmwaIQccfprtNHpS_uL-TOpvFgIZaCxYxYDonp9NATlYXLtd7htZksDRJeumrYS3aW37820gtpKlJb7az467dgMqt-ou00Mwi5cwgpzbXwohclL2CISqtC0GcbOqtWkN7sRJCPAla8hyhRjyWSSkXW2i0bkwJTVII6AgZ8g8hjZWxhShUBsiJOeUQ" width="206" /></a></div><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">La contemplación del arte se rige por un procedimiento más
sencillo de lo que pueda parecer a primera vista. En realidad, en la magnitud
de las sensaciones se revelan los valores. Si nos comportáramos ante el arte
del mismo modo que lo hacemos cuando miramos al cielo, al mar o a las montañas
nos sería bastante más fácil poder prescindir de lo narrativo, del recurso al
argumento. Así, pienso yo, deberíamos acercarnos al catálogo de formas que nos
presenta F. J., formas más próximas a lo emblemático y lo arquetípico y, en
definitiva, a lo extraordinario que a cualquier afán especulativo o experimental.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hablamos de lo extraordinario y me gustaría, en este caso,
relacionarlo con el formato de los dibujos. No es habitual que lo
extraordinario haga acto de presencia en dibujos de un tamaño tan reducido,
muchos, más pequeños que un papel de carta. Trabajar con tales medidas entraña
siempre un riesgo, el riesgo de lo fragmentario, de la tentativa, de lo no concluido.
Las mágicas y felices composiciones de F. J., bien al contrario, nos parecen el
resultado de una virtuosa combinación de las posibilidades técnicas de la
pintura y el dibujo, híbridos de óleo, tinta, pastel y rotulador que se nos
revelan como palimpsestos plásticos que ascienden desde la profundidad de la
superficie delicadamente matizada del papel. Estamos, sin lugar a dudas, ante
un maestro de lo pequeño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En sus dibujos F. J. recrea, como acariciando, un universo
alternativo, placentero, orgánico, inocente y ligeramente suspendido, como si
supiera que en el ámbito de la experiencia artística todo debe ser soñado antes
de ser visto. Algo parecido a una fantasía autofabricada pero siempre
comprensible y de una bendita indiferencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Imágenes pequeñas pero de una enorme fuerza evocadora, formas
empáticas y sencillas que aspiran nada menos que a la universal cordialidad
entre el hombre y el mundo que habita.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Francisco L. González-Camaño<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: endnote-list;"><!--[if !supportEndnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="edn1" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText"><a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_ednref1" name="_edn1" style="mso-endnote-id: edn1;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[i]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> La
Teoría de la forma pictórica de Klee comprende los manuscritos de los tres
primeros ciclos de clases que el artista impartió en la Bauhaus de Weimar entre
el 14 de noviembre de 1921 y el 19 de diciembre de 1922. Las huellas dejadas en
el texto por sucesivas revisiones vienen a demostrar que Klee reutilizó parte
de estas clases en años posteriores. Existe traducción al castellano con el
título de Aportaciones a una teoría de la forma pictórica. Notas de clase. Plot
Editorial, 2013.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="edn2" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_ednref2" name="_edn2" style="mso-endnote-id: edn2;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[ii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Cf. Keller Tschirren M, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Klee, maestro de
la forma pictórica</i>, p. 45. Cat. de la exposición <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paul Klee, maestro de la Bauhaus, </i>Fundación Juan March, Madrid,
2013.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="edn3" style="mso-element: endnote;">
<p class="MsoEndnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/Federico%20Jaime%20o%20c%C3%B3mo%20hacer%20ver%20lo%20invisibl1.docx#_ednref3" name="_edn3" style="mso-endnote-id: edn3;" title=""><span class="MsoEndnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoEndnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[iii]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
En este sentido, la obra de Carl G. Jung es amplísima y sus contribuciones
están repartidas en distintos libros de los que destacaría tres: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Símbolos de transformación</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">AION, contribución a los simbolismos del
sí-mismo</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Recuerdos, sueños y
pensamientos</i>. Los dos primeros están editados por Paidós, mientras que el
tercero se encuentra en el catálogo de Seix-Barral. <o:p></o:p></p>
</div>
</div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-64946889864457518932023-05-20T10:36:00.046+02:002023-05-21T17:53:36.097+02:00Pepe Salas: el viaje interiorAyer, viernes 19 de mayo, en la Casa de la Provincia de Sevilla Pepe Salas presentó su primera gran exposición individual. Una selección de casi 90 obras que ha ido creando a la par que iba viviendo su particular Viaje Interior. En el acto de presentación Pepe, del que soy buen amigo, me pidió que dijera unas palabras y esto fue más o menos lo que dije: <div style="text-align: justify;">"Esta exposición que ahora veremos no es solo un muy relevante conjunto de obras artísticas sino, en esencia, la purga de un corazón doliente, de un corazón incómodo en este mundo que nos ha tocado vivir. Hoy diríamos de alguien inadaptado, es decir, de alguien que no termina de encontrar su sitio entre nosotros. Es, por tanto, principalmente, una confesión; el testimonio de un desnudamiento. De ahí, que lo que vamos a ver a buen seguro puede que nos inquiete, que nos perturbe y nos agite por dentro.</div><div style="text-align: justify;">Toda confesión es doblemente embarazosa: no solo para quien la hace sino también para quien la recibe. Y, asímismo, es catártica, al menos para quien la hace pues lo libera de una carga.</div><div style="text-align: justify;">En este Viaje Interior de Pepe Salas hay sincera poesía y hay misterio. El artista ha conseguido crear un clima emocional que nos cautiva y nos envuelve y lo ha conseguido porque, desde su punto de vista, ha dicho la verdad. En eso consiste el viaje interior, una suerte de catábasis, es decir, un profundo ejercicio espiritual. </div><div style="text-align: justify;">Solo añadir que para mí el caso de Pepe Salas es el de un artista por necesidad vital, por destino. Entiende la pintura como asilo y como redención. Una especie de tabla de salvamento indispensable para poder sobrevivir en este a menudo tormentoso mundo humano. De ahí la dimensión trascendente, yo diría espiritual de su Viaje Interior que tantos años le ha ocupado y del que yo quiero en estos momentos de alegría y confraternidad felicitarlo y darle mi enhorabuena".</div><div style="text-align: justify;">El catálogo de la exposición lleva un texto mío que os dejo aquí:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: red; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> <span> </span><span> </span> </span>Cuando lo exterior es emblema de lo
interior<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">No conviene mirar la obra de Pepe Salas con mirada ingenua o,
dicho con más propiedad, pretendidamente ingenua; cometeríamos un enojoso error
de cálculo por culpa, lo más probable, de un exceso de información en la
memoria que hace al ojo resabiado e invita al cerebro a juzgar sin causa. Tan
perjudicial es el exceso de información como su falta a la hora de afinar el
tiro en el campo de las artes pues nos hacen ver faisanes donde solo hay
gallinas. O, lo que sería peor, unicornios en vez de vacas marismeñas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por más que la formación y el posterior desenvolvimiento de
P.S. como pintor sean del todo autodidactas (no cursó estudios de Bellas Artes
ni ha asistido a academia artística alguna) su férrea determinación, tal vez
por imperiosa necesidad vital, de dedicarse a la pintura casi como un
sacerdocio, así como el genuino carácter poético que destila su acotado y enigmático
mundo logran que su obra traspase de largo los límites de la consabida sinceridad
ingenua de los pintores <i style="mso-bidi-font-style: normal;">amateurs</i> para
orbitar nada menos que alrededor de esa categoría, escurridiza al verbo pero
inconfundible, de lo numinoso<a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El ascendente poético del que antes
hablamos y que impregna toda la recóndita y cautivadora imaginería de la serie <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viaje interior</i> nos evoca el clima
emocional de una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>poesía como la de
Antonio Gamoneda, propincuo como pocos a la refulgencia de lo numinoso en la
elaboración de sus imágenes, y, en concreto, de un poema de su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasión de la mirada</i> que quisiera traer
aquí: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Al país que no es sino
que habita/ él, y presiente, y es de noche, landa/ que no es lugar sino dolor,
¿quién baja,/ quién entra vivo en esta sombra, quién/ accede a la invisible
compañía?/ ¿Qué ser no muere en este frío? El/ fortalece los tallos, se le oye/
beber las aguas en el interior,/ latir uniéndose a la noche, ser/ fuego que no
consume su sarmiento,/ pájaro que en sí mismo se despliega</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Palpita en esas repetidas construcciones adversativas e
interrogativas, en ese misterioso pronombre personal masculino una muy similar
voluntad de oscurecer, de cifrar con un símbolo aquello que se desea expresar,
a la de nuestro pintor que, como si supiera que el sentimiento numinoso es, por
esencia, reluctante a la enseñanza y el aprendizaje, acierta a despertarlo por
medio de la sugerencia y la insinuación. Si pudiéramos ver las obras de esta
exposición como se ven los fotogramas de una película percibiríamos aún mejor
la naturaleza de ese clima emocional que envuelve y vela, como una oscura nube
de tormenta, la melancólica imaginería que el artista despliega no solo para
describir un viaje sino para levantar, de paso, el andamiaje de un territorio
tan propio como mítico, pues es su alma quien lo habita. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Si nos fijamos en los primeros cuadros que dan origen a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viaje interior</i>, de los años 2003 al
2007, cuando aún el artista no tenía conciencia de estar iniciando serie alguna
y obedecían a una inevitable necesidad interna, observamos en ciertos estilemas
característicos como el rostro ausente de la figura, desconectado voluntariamente
del exterior, la inclinación por el color sombrío y el trazo grueso, la
aparición de la vaca como tótem, animal tutelar de la marisma, o el gusto por
las formas circulares y las visiones oníricas, recursos y procedimientos (en
ocasiones probablemente inconscientes) con los que poder dar salida, unas veces
por medio de símbolos y otras recurriendo al arquetipo, a experiencias
personales de íntimo carácter así como a estados de ánimo marcados por el
desasosiego y cierta angustia vital. Algo así como una secuencia de conjuros
plásticos de clara intención catártica; y, en definitiva, una manera de irse
autobiografiando en el tiempo sin necesidad de autorretrato alguno. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP9mOunPgrWgHBo8v6vwRPSr2xSmunhYu3snkA2UbyORV5CbL36clWvBZs6dmdbcm0OhTEFrACf2ZgcAXq3XMlbtUO0xZk4wTAi27ovdYkYnkSacfZkW0TLHsn1hWyhd0lDsY1TGiDdVaiUQodQawLx-nTroqVAgt5o3AuXhRRzVweY7XpSc0BPEJE2g/s2077/Salas%20grafito%20sobre%20papel%20%20%20%202009%20visitante.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2077" data-original-width="1630" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP9mOunPgrWgHBo8v6vwRPSr2xSmunhYu3snkA2UbyORV5CbL36clWvBZs6dmdbcm0OhTEFrACf2ZgcAXq3XMlbtUO0xZk4wTAi27ovdYkYnkSacfZkW0TLHsn1hWyhd0lDsY1TGiDdVaiUQodQawLx-nTroqVAgt5o3AuXhRRzVweY7XpSc0BPEJE2g/s320/Salas%20grafito%20sobre%20papel%20%20%20%202009%20visitante.jpg" width="251" /></a></span></div><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-size: 10pt;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span><span> </span></span>Presencia, grafito sobre papel, 2009</span></span><p></p><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Obras inaugurales en las que percibimos algunas concomitancias
de forma y fondo con muchos de los dibujos de Alfred Kubin, pero –algo
reseñable- sin el elemento trágico o siniestro que introduce el artista checo. En
contadas ocasiones llegan a ser las pinturas y dibujos de P. S. imágenes de mal
agüero pues muy raramente se encuentra en ellas ese componente morboso o
monstruoso que, por el contrario, sí se refleja en la obra de Kubin o en la
serie dedicada a E. Allan Poe de un artista sin casilla como Odilon Redon, por
cierto, muy admirado por el primero. En sus más lúgubres dibujos a creta
(aquellos que escenifican pesadillas) es acaso donde más se aproxima a lo
siniestro o lo sombrío, no solo de la noche sino también de la mente. Imágenes
turbadoras en las que el artista vierte una experiencia agónica: el asalto, en
la indefensión del sueño, de una extraña forma ovoide, generadora de energía
negativa, que lanza sus rayos como redes y atormenta a su víctima. De nuevo,
pues, volvemos a tropezarnos con lo numinoso en su doble vertiente de
experiencia misteriosa y tremenda a la vez. Lo misterioso y lo tremendo como
eficaces estímulos de la imaginación. Una imaginación, la del artista, que
entonces puede servirse de ellos como potentes medios de expresión para descubrir
las oportunas correspondencias entre lo pensado y/o sentido (las ideas y
sentimientos) y lo representado (las cosas).<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Correspondences</i> será, precisamente,
como Baudelaire titule uno de sus más célebres sonetos en el que podemos leer: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La natura es un templo donde vividos
pilares/ dejan, a veces, brotar confusas palabras./ Por allí pasa el hombre
entre bosques de símbolos/ que lo observan atentos con familiar mirada.<a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></b></span><!--[endif]--></span></span></a></i> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Toda obra simbolista apunta su tiro hacia un objetivo
trascendente, máxime si en ella se dan cita motivos, atributos y emblemas
religiosos o en la esfera de lo religioso. Es evidente que para P. S. “la natura
es un templo” por donde “pasa el hombre entre bosques de símbolos”. No de otro
modo ha de entenderse, por poner solo tres ejemplos, la presencia recurrente
del nimbo, como signo de estado de beatitud o, incluso, marca de santidad, sobre
la cabeza de la solitaria figura, o las desproporcionadas y un punto
inquietantes alas negras, prótesis angélicas que subrayan, por contraste, la
terrestre condición del mortal que las porta, o, en fin, esa densa geografía
fantasmagórica, salpicada de ectoplasmas y figuras espectrales, cuya apariencia
hace más solitaria aún la soledad del personaje. Pero, por encima de todas y
como gobernando el pensamiento plástico del conjunto al completo, la imagen del
viajero, perfecta alegoría de ese <i style="mso-bidi-font-style: normal;">viaje
interior</i> que atraviesa el espíritu de la serie en su totalidad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ5_WHcy5D8WVX-CZzXiPFXJmTqiJCkSDMdE8sF24pt9aZqmT-PcQTXv4tNzF2NhuT1KNoEQI-vRWJaHVPwsOj20JCbSY-moRMVPSVsTnzTs7CC60TjDl0eXO2HRIKzeS8kFKJI5hiVh_s0BHqipJL-gjjZrEDTlKtuyPbAQH3wUsd5Tpb0SykF-9J-Q/s1960/Viajero%202010%20creta.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="1960" data-original-width="1624" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ5_WHcy5D8WVX-CZzXiPFXJmTqiJCkSDMdE8sF24pt9aZqmT-PcQTXv4tNzF2NhuT1KNoEQI-vRWJaHVPwsOj20JCbSY-moRMVPSVsTnzTs7CC60TjDl0eXO2HRIKzeS8kFKJI5hiVh_s0BHqipJL-gjjZrEDTlKtuyPbAQH3wUsd5Tpb0SykF-9J-Q/s320/Viajero%202010%20creta.jpg" width="265" /></a></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 10pt;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span> </span><span style="font-size: 10pt;">Viajero, creta sobre papel, 2010</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Sobre una sencilla balsa de troncos, sin más ayuda que una
escueta vara a modo de remo, desnudo y expuesto a los elementos, el viajero se
concentra en el esfuerzo de dominar la corriente sin perder el equilibrio. Lo
que surca –así nos lo parece-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es el río
de su propia vida. En eso consiste el viaje trascendente, esa suerte de
catábasis que, una vez decidida, debe hacerse en soledad y sin miedo hasta
alcanzar las fuentes del yo liberado ya de las servidumbres del ego. Un largo y
fatigoso viaje en el que, unas veces, te visitarán recuerdos recurrentes como
los de un antiguo amor nunca olvidado (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amantes</i>,
2013) y otras, sueños y visiones rayanos con el arquetipo (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Salvación,</i> 2012, donde un ciervo de flamígera cornamenta parece
haber sido rescatado por el viajero de las procelosas aguas o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Sueño</i>, 2018, donde ahora el viajero
descansa dormido y custodiado por dos ángeles que lo han relevado de su función
y en la balsa, durante las horas nocturnas del sueño, lo conducen con esmero). Pero
todo profundo ejercicio espiritual (y una catábasis lo es) entraña siempre
riesgo psíquico y así el viajero, en su voluntaria e ineludible travesía del
desierto, tendrá que superar penalidades, tentaciones y acechantes peligros.
Las escenas de cavernas y de cuevas que, sin remedio, nos evocan la inmensa
vorágine del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Inferno</i> dantesco, con su
caterva de condenados de toda laya sufriendo tormento en sus nueve círculos, son
formidables pasajes de penalidad del mismo modo que en obras de títulos tan
explícitos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tentaciones</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mujer</i>, de 2012 y 2019, las mujeres –de
formas blandas y casi bulbosas o, por el contrario, turgentes como odaliscas- ejercen
su poder de seducción y tientan al viajero con ardides que nos traen a la
memoria las sirenas de la Odisea, las de sonoro canto letal para los hombres. Y
en cuanto al peligro, éste habita, en ocasiones sin saber muy bien dónde
localizarlo, por entre las grietas y oquedades del difuso bullir de formas que elevan
abruptas cordilleras y bizarras formaciones rocosas y es, por tanto, peligro
ubicuo. En cambio, en otras, se hace cuerpo y adopta la apariencia del animal
salvaje, ese aterrador y muy concreto felino que acecha, campa o merodea en
óleos y dibujos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Travesía</i> (2018)
o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amenaza</i> (2010). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQFpyMDjKebMcRR2Ny4FjWVen5Y9gTehGam62U681UPqxVxlyB5npuKL0aGTxtkEIn9-QHoTdcN1Q6XH8yKUKJSEHd1jgAgBIPOvpVIOfKmdbgv3fm-e9jj4G7NQUmyt3vJtauudf63fj_OqMXd3DEIlGnr3POC4-DjC3tl95rXcEE-kduNlwQ2mPJwg/s2127/amenaza%20salas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2127" data-original-width="1517" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQFpyMDjKebMcRR2Ny4FjWVen5Y9gTehGam62U681UPqxVxlyB5npuKL0aGTxtkEIn9-QHoTdcN1Q6XH8yKUKJSEHd1jgAgBIPOvpVIOfKmdbgv3fm-e9jj4G7NQUmyt3vJtauudf63fj_OqMXd3DEIlGnr3POC4-DjC3tl95rXcEE-kduNlwQ2mPJwg/s320/amenaza%20salas.jpg" width="228" /></a></span></div><span style="line-height: 115%;"><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span><span style="font-size: 12pt;"> <span> </span></span><span style="font-size: x-small;">A</span></span><span style="font-size: x-small;">menaza, creta sobre papel, 2010</span><br /><span style="font-size: 12pt; mso-spacerun: yes;"><br /></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Recursos iconográficos y temas, por lo demás, muy del gusto
simbolista a los que pintores como Moreau, Khnopff o incluso Rousseau, el
Aduanero, ya habían recurrido en obras tan significativas como </span><i style="font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal;">Edipo y la Esfinge</i><span style="font-size: 12pt;">, </span><i style="font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal;">Las caricias</i><span style="font-size: 12pt;"> o </span><i style="font-size: 12pt; mso-bidi-font-style: normal;">La gitana
dormida</i><span style="font-size: 12pt;">, respectivamente. Si en el muy poético cuadro del Aduanero es un
león el que olfatea con dudosa intención a la figura dormida a la luz de la
luna, en Moreau y, aún más claramente, en Khnopff el peligro toma hechuras de
felino (pantera y guepardo) para representar a la amenazadora esfinge de la
mitología clásica</span><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="font-size: 12pt; mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-size: 12pt;">. En el
caso de estos dos últimos pintores (cultos, literarios, introvertidos y
militantes de la causa simbolista) el juego cruzado de sexo y muerte (tentación
y peligro) queda más que sugerido por la gestualidad y el contacto físico de
sus protagonistas, algo que, sin embargo, P. S. prefiere evitar en sus cuadros
y tratar de un modo menos explícito y por separado. Cabe decir, todavía dentro
del campo de resonancias de un pintor como Moreau, que se podrían rastrear
ciertas similitudes en el tratamiento del paisaje, si bien es cierto que en el
caso de nuestro pintor la naturaleza toma un protagonismo y asume una entidad
psíquica que no se advierte en la pintura del francés.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Partiendo, a menudo, de la mancha como recurso inspirador P.
S. va, poco a poco, conformando toda una escenografía paisajística de
estructura polimórfica y carácter tenebroso, en una suerte de abigarramiento
formal en el que se logra la paradoja visual de construir una compleja
morfología para luego desmaterializarla. Una naturaleza que se nos ofrece, así,
en estado latente, como un espeso misterio donde se amalgama lo humano, lo
animal y lo geológico. Contribuye, sin duda, a ello la aplicación del medio,
sea éste óleo, creta o lápiz, casi al estilo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">all over</i>, dificultando en gran medida la distinción entre elementos
principales y secundarios de la composición y haciendo de ésta algo no
relacional. <o:p></o:p></span></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMZauV4M-yCRetP_zWZYh0SeVrLZOncg1W9EScFQP6LY9kGl7Aocs5ExNIJiowSOCoseoVEU_FKVk9lXNQ7fXUYYgzXnvT_5iQStDyPiBlZ96_IGW63REkJbshjzC9Yj8_QL1x_kRk5380bXCj1MbFcriggOhxeEEnLWR5mauJg_skWi81CQDriHMU0A/s1476/MONTE%20%C3%89rebus%202018.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1476" data-original-width="1188" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMZauV4M-yCRetP_zWZYh0SeVrLZOncg1W9EScFQP6LY9kGl7Aocs5ExNIJiowSOCoseoVEU_FKVk9lXNQ7fXUYYgzXnvT_5iQStDyPiBlZ96_IGW63REkJbshjzC9Yj8_QL1x_kRk5380bXCj1MbFcriggOhxeEEnLWR5mauJg_skWi81CQDriHMU0A/s320/MONTE%20%C3%89rebus%202018.jpg" width="258" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: 10pt; mso-spacerun: yes; text-align: justify;"> </span><span style="font-size: 10pt; text-align: justify;">Monte Erebus, grafito
y óleo sobre papel, 2018</span></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La rotunda y sumamente expresiva presencia del paisaje en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viaje interior</i> responde, sin la menor
duda, a necesidades psíquicas del propio autor. Llama la atención que cuanto
más se va adentrando el pintor en la experiencia iniciática de su viaje, menos
se parece el paisaje representado al natal que le rodea en su cotidianidad,
esas dehesas, arrozales y marismas del bajo Guadalquivir, señas vernáculas de
identidad que solo en las primeras piezas de la serie cobran protagonismo en
forma de choza marismeña y en los llanos horizontes que la circundan. De la
vaca hacemos abstracción pues más que un elemento del paisaje como tal nos
parece que su tratamiento adquiere otra dimensión, pasando a ser efigie de comarca
y símbolo de fecundidad. En cualquier caso, no parece que la recreación más o
menos verosímil de su propio paisaje haya sido uno de los propósitos o
necesidades que albergara el pintor. La tendencia, más bien, apunta hacia otro
objetivo: tomar la naturaleza como punto de partida para, acto seguido, irse
distanciando progresivamente de ella hasta lograr favorecer otras dimensiones
que la transformen en algo parecido a un enigma. Un enigma en el que caben
recuerdos de experiencias personales de carácter familiar (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El estanque de los caballitos</i>, 2013, donde vuelve a aparecer la
relación entre padre e hijo) o de índole más íntima y personal (por ejemplo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Encuentro con la sombra</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Viaje interior</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Calma,</i> tres óleos del 2021 donde el espejo es más bien una ventana
por la cual el personaje se abisma en su propio interior). Recuerdos y
experiencias personales, al fin y al cabo, tratados a la manera de un enigma. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por todo ello cabe deducir que P. S. no desconoce la
diferencia entre lo visible y lo real. Aquello que vemos solo puede ser, a lo
sumo, conductor de lo real. Nuestra realidad se conforma, a partes iguales, por
lo que percibimos del mundo por medio de los sentidos y –no menos importante-
por lo que nos llega filtrado a través de nuestro espíritu. Como muy
atinadamente nos recuerda Patrick Harpur, “nuestra visión del mundo es sólo una
visión, pero no el mundo (…) La imaginación permite asumir que solo es posible
contemplar el mundo a través de alguna perspectiva imaginativa o mito (…) Toda
literalidad conduce sin remedio a la ceguera”<a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftn4" name="_ftnref4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
P. S., al decidirse por narrar su viaje interior, ha recurrido a la imaginación
por la vía del símbolo. Y sabemos que la peculiaridad principal del símbolo
consiste en significar lo que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">está más
allá</i>, aquello que por ser trascendente está fuera del mundo. Una experiencia
iniciática como la descrita aquí es, en este sentido, trascendente por derecho
propio. El pintor, en su imperiosa necesidad de autoconocimiento e
introspección, despliega en imágenes un periplo que nos recuerda al de las tres
vías del viaje místico (purgativa, iluminativa y unitiva): del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">descensus ad inferos</i> a la serenidad y
plenitud absolutas de sentirse uno con todo lo creado. Unión mística que bien
podrían simbolizar esos enigmáticos bloques sagrados que destacan por su
granítica blancura en mitad de la noche; secreta y muy lograda manifestación de
lo numinoso, donde todo está contenido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Goethe, que sabía de estas cosas, lo dejó escrito en una
carta a su amigo el filósofo Friedrich H. Jacobi: “principio y fin de toda
actividad artística es explicar el mundo relativo al yo a través del mundo
interior”<a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.
P. S. lo ha cumplido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 7;"> <span> </span><span> </span> </span>Francisco
L. González-Camaño<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
El concepto de lo numinoso (un neologismo originado de numen) lo abordó por
primera vez y por extenso el teólogo y especialista en religiones comparadas
Rudolf Otto en su célebre ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo
santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios. </i>Podría decirse,
simplificando mucho, que lo numinoso es aquello que nos supera y nos
empequeñece por su tremendo misterio. Como el mismo Otto aclara: “el contenido
cualitativo de lo numinoso, que se presenta bajo la forma de misterio, está
constituido por el elemento que hemos llamado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">tremendum</i>, que detiene y distancia con su majestad. Pero, de otra
parte, es claramente algo que al mismo tiempo atrae, capta, embarga y fascina”.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Primer cuarteto, en efecto, de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Correspondencias</i>,
soneto que ha pasado a convertirse en uno de los manifiestos más logrados de lo
que años más tarde se conocerá como Simbolismo y que Baudelaire incluye en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las flores del mal</i>, obra capital de la
poesía europea del siglo XIX. <o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Recordemos que, según nos cuenta Sófocles en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Edipo Rey</i>, al llegar a las cercanías de Tebas huyendo de Corinto
por causa de un oráculo, Edipo resuelve el funesto acertijo que la Esfinge le
propone, a saber: ¿qué ser, provisto de una sola voz, camina primero a cuatro
patas por la mañana, después sobre dos patas al mediodía y finalmente con tres
patas al anochecer? Al contestar “el hombre” Edipo logra la muerte de la
Esfinge pero también, y para su desgracia, ser proclamado rey de Tebas al verse
casado con Yocasta, su desconocida madre, cumpliéndose así el infortunado
anuncio del oráculo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Citas que pueden encontrarse en el impagable ensayo de Harpur titulado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El fuego secreto de los filósofos. Una
historia de la imaginación</i>, publicado por Atalanta en 2002.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/Pepe%20Salas%20texto.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
La carta en cuestión la cita Rolf G. Renner en su monográfico sobre Edward
Hopper editado por Taschen en 2002. <o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /></div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-16260888586802839302023-04-10T21:30:00.004+02:002023-04-10T22:02:23.434+02:00PARÍS: GOZO DEL FLÁNEUR<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs9cuV_C-_Q4X8ASSTLWvNi9JnekVr2_qDYz9bjBWsaheKbchhPbzvTkMG4a46R2AEqmn7f3Rt8bmKYeVdTzLIUe1znCnv4KljkDYXvRRaVNfTaxIm55U9H4PA-iyodNDAV9tsEkZW_2oGSUbpIZOdVbnjPXzn0FJu8P14XyXwpn0Cu4HpeHKsgjBr0Q/s4608/PARIS%20BOULEVARD%20II.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2592" data-original-width="4608" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs9cuV_C-_Q4X8ASSTLWvNi9JnekVr2_qDYz9bjBWsaheKbchhPbzvTkMG4a46R2AEqmn7f3Rt8bmKYeVdTzLIUe1znCnv4KljkDYXvRRaVNfTaxIm55U9H4PA-iyodNDAV9tsEkZW_2oGSUbpIZOdVbnjPXzn0FJu8P14XyXwpn0Cu4HpeHKsgjBr0Q/s320/PARIS%20BOULEVARD%20II.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Mirar hacia arriba mientras se pasea es, por lo general, una
costumbre muy saludable que suele dar gratas sorpresas tanto en el campo como
en las contadas ciudades que logran mantener parte de su caserío inmune al </span><i style="font-size: 12pt;">rigor mortis</i><span style="font-size: 12pt;"> del juego de escuadras que
ha impuesto el Movimiento Moderno.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Muy cerca del hotel donde nos alojábamos mi pareja y yo estos
días pasados en París me sorprendió, al mirar hacia arriba, un monumental
conjunto de edificios que, de entrada, me pareció de una cuidada híbrida
belleza. Al detenerme para contemplarlo más al detalle enseguida me di cuenta
de que sus diferentes edificaciones no tenían otra función que la de común
vivienda. Edificaciones, eso sí, hechas con un claro propósito de resultar
visualmente bellas. Después de las consabidas fotos de móvil me puse a
investigar y esto es un resumen, un poco a vuelapluma, de lo que pude
descubrir: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Terminado de construir en 1926 por los arquitectos Joseph
Charlet y Etienne Perrin este sugestivo complejo de viviendas sociales en forma
de espina de pescado (408 apartamentos y pisos para los que gusten de la
exactitud) hay que interpretarlo como un ejemplo más –por muy elegante que
pueda parecer- de la corriente higienista que en Francia lideraron los
arquitectos Henri Sauvage y Charles Sarazin, fundadores en 1903 de la que se
conoció como Sociedad de Viviendas Higiénicas Baratas (HBM, sus iniciales en
francés). Se trataba de luchar desde el frente arquitectónico contra la
tuberculosis, una verdadera plaga todavía a principios del siglo XX, y la
insalubridad de las viviendas urbanas, especialmente del extrarradio. Así, un
buen número de jóvenes arquitectos con conciencia social se lanza a construir
edificios que hoy llamaríamos de VPO, con unos estándares de calidad que
exigían para las familias modestas estancias más espaciosas y mejor ventiladas
e iluminadas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvpweK1RBic_V6W_Zk1TDMArWWNNE9-j3xeMblZXjg9T955GZax0kLDy2UA_bNH-tmBKgFPngt51vEpVoHeZpvuF6UPto_IPAa1TbIqY07fG3zY9MYY1wOlZGkN19v3XDVgfgTK0a60N5x7QyC1xleSqLUCJvwGrn9LJY_Of2iErnfFE6aigujkHCEOA/s3617/BOULEVARD%20III.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3617" data-original-width="2529" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvpweK1RBic_V6W_Zk1TDMArWWNNE9-j3xeMblZXjg9T955GZax0kLDy2UA_bNH-tmBKgFPngt51vEpVoHeZpvuF6UPto_IPAa1TbIqY07fG3zY9MYY1wOlZGkN19v3XDVgfgTK0a60N5x7QyC1xleSqLUCJvwGrn9LJY_Of2iErnfFE6aigujkHCEOA/s320/BOULEVARD%20III.jpg" width="224" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Lo que llama la atención en este caso es no solo el esmero
con que están animadas las fachadas con alternancia de pequeñas terrazas y
balcones de altos ventanales, algunas en forma de logias, también con elementos
cerámicos esmaltados en azul y ladrillos policromados (herencia del art-decó)
sino la dotación de una completa infraestructura de servicios como garajes,
trasteros, jardines interiores y espacio para una guardería y hasta para
depósitos mortuorios. En definitiva, parece que se trataba de hacer una pequeña
ciudad dentro del distrito XIII de la propia la ciudad.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg65-uRifx9svHK8OC7AVnyM9SoQB1PoL_hjHJ_7asHJP6x9O6aew-zyQFfCCVi61EbXzigOZJ4-6KqGGtzSDGsXOskc6ONKkEPv2o8NQmvUM46PMhGMYLD5FxktLQD5OEhTsRJpgcOhpCU954pIYZ4OXp8TU3tpoH0jvUxqSOG49sdpvTA7ADnOFrulw/s4608/PARIS%20BOULEVARD.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4608" data-original-width="2592" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg65-uRifx9svHK8OC7AVnyM9SoQB1PoL_hjHJ_7asHJP6x9O6aew-zyQFfCCVi61EbXzigOZJ4-6KqGGtzSDGsXOskc6ONKkEPv2o8NQmvUM46PMhGMYLD5FxktLQD5OEhTsRJpgcOhpCU954pIYZ4OXp8TU3tpoH0jvUxqSOG49sdpvTA7ADnOFrulw/s320/PARIS%20BOULEVARD.jpg" width="180" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt;"><br /></span><p></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-30916712507570694252023-01-26T11:53:00.001+01:002023-01-26T11:53:36.185+01:00Arte Tribal/Arte Occidental<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJasL7DIghRTWCNRO8lQDRCjXiNgVkVa8tA7jVDRZ3BOe3xAZcNIiWWWY47jXNyUXKANiVC7o0kaDzMuSZ6CpOOB64l14TEPeKpgR-TIE5i-c9m-Pa3N7pB_llt0AZiC6_wBtjM7oZHA7tXvtb9TcxJN3QebUF5C4hUHYRPnNo9R2LG_32pR9Q4lXGxw/s506/arte%20tribal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="392" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJasL7DIghRTWCNRO8lQDRCjXiNgVkVa8tA7jVDRZ3BOe3xAZcNIiWWWY47jXNyUXKANiVC7o0kaDzMuSZ6CpOOB64l14TEPeKpgR-TIE5i-c9m-Pa3N7pB_llt0AZiC6_wBtjM7oZHA7tXvtb9TcxJN3QebUF5C4hUHYRPnNo9R2LG_32pR9Q4lXGxw/s320/arte%20tribal.jpg" width="248" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Decir,
como dijo Picasso, que "la escultura primitiva nunca ha sido
superada" es, en última instancia, una afirmación absurda, entre otras
cosas porque seguramente nunca se concibió ni realizó como “escultura”.
Reconocer que las tallas tribales, que Rubin las considera como
"iconos" y no como "narraciones", tienen genio y combinan
lo racional y lo mágico de una extraña manera provocativa, es una cosa, pero
decir que cualquier objeto o grupo de objetos tribales de la exposición que
comisarió para el MoMA en 1984<a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/arte%20tribal%20y%20arte%20occidental%20moderno.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> puede
estar al mismo nivel que las obras que son, a la vez, icónicas y narrativas,
como los frontones de Zeus de Olimpia o la Capilla de los Medici de Miguel
Ángel, por poner dos ejemplos conocidos, es pecar en exceso de negligencia y
perder de vista la riqueza de nuestra propia complejidad como cultura
occidental.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y
luego está la cuestión, interesantísima, del supuesto efecto apotropaico del
arte tribal. Una razón que puede explicar, en parte, la fascinación que ha
ejercido en Occidente.</span><span style="color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> En su muy reveladora
explicación de las "Demoiselles d'Avignon", que Picasso describió más
tarde como su "primer cuadro de exorcismo", Rubin cita la declaración
del artista a André Malraux de que las máscaras tribales eran
"intercesores" contra todo tipo de espíritus desconocidos y
amenazantes ''. “Si damos forma a estos espíritus '', dijo Picasso, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“nos podemos liberar”. En el momento en que
Picasso tuvo la revelación de que el arte primitivo era apotropaico (diseñado
para evitar o conjurar el mal), pudo sentir una cierta liberación de sí mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La cuestión de la
intención apotropaica<a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/arte%20tribal%20y%20arte%20occidental%20moderno.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> del arte primitivo es tan
controvertida como lo puedan ser sus relaciones con el arte
occidental. Ciertamente, una gran parte del arte tribal no estaba
destinado a este propósito. Sin embargo, sí es cierto que muchas palabras
y gestos humanos tienen alguna función apotropaica<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(son, de alguna manera, un intento de aliviar
la ansiedad, cortejar, persuadir,<span style="background: white;"> confrontar o
golpear los poderes de las tinieblas) entonces, ¿por qué no van a poder tener
esa intención curativa, sanadora muchas de las obras tribales? Aceptando, a
priori, que no es ese un criterio válido de valoración artística sí, en cambio,
es una derivada a tener en cuenta en la intención de la obra. Ciertamente, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>detalles formales como la frontalidad y las
distorsiones del arte primitivo han sido experimentadas por artistas
occidentales modernos como recursos para nombrar lo innombrable y así, al menos
por un momento, poder mantenerlo a raya.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="background: white; color: #333333; font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/arte%20tribal%20y%20arte%20occidental%20moderno.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Primitivismo en el arte del siglo XX.
Afinidad de lo tribal y lo moderno</b> fue su título.<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p style="background: white; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/datos%20equipo/OneDrive/Documentos/arte%20tribal%20y%20arte%20occidental%20moderno.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<b><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;">Efecto
apotropaico</span></b><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;"> es un término antropológico para describir un fenómeno
cultural que se expresa como </span><span style="font-size: 10.0pt;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mecanismo_de_defensa" title="Mecanismo de defensa"><span style="color: #0645ad; font-family: "Arial","sans-serif";">mecanismo de defensa</span></a></span><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;"> mágico o
sobrenatural evidenciado en determinados actos, rituales, objetos o frases
formularias, consistente en alejar el </span><span style="font-size: 10.0pt;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Mal" title="Mal"><span style="color: #0645ad; font-family: "Arial","sans-serif";">mal</span></a></span><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;"> o
protegerse de él, de los malos espíritus o una acción mágica maligna en
particular, purificándose (</span><span style="font-size: 10.0pt;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Catarsis" title="Catarsis"><span style="color: #0645ad; font-family: "Arial","sans-serif";">catarsis</span></a></span><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;">) con
este </span><span style="font-size: 10.0pt;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rito" title="Rito"><span style="color: #0645ad; font-family: "Arial","sans-serif";">rito</span></a></span><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;"> u
objeto ritual.</span><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="background: white; margin-bottom: 6.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 6.0pt; text-align: justify;"><span style="color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.0pt;">El término deriva del verbo
griego <i>αποτρέπειν</i> (<i>apotrépein</i> ‘alejarse’), y se
relaciona fundamentalmente con la necesidad psicológica de hallar cierta
seguridad ante lo incierto y desconocido, lo que comúnmente se relaciona con lo
peligroso y posiblemente dañino.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoFootnoteText"><o:p> </o:p></p>
</div>
</div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-43511886887260593512023-01-19T17:18:00.005+01:002023-01-26T12:01:11.822+01:00Paisaje, distancia e identidad. Irene Sánchez Moreno, Alba Cortés y Miguel Gómez Losada<p> Hace unos dos meses el crítico y comisario de arte Guillermo Amaya me pidió un texto de sala para la exposición "<b>Paisaje, distancia y entidad</b>" que reunió a tres artistas muy queridos por mí, Irene Sánchez Moreno, Alba Cortés y Miguel Gómez Losada en el peculiar espacio de la recién abierta galería Domo, en Sevilla. Este es el texto en cuestión. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFFFp1Cu315YtKUL1lAqgt5qXtE-l80ZWW5N_qYcVRXNiDf4yPeaAi3lx9EOi3x73ZIJgbc6MKiIHLXGwz0f3-R3n953lWR7uUKWsuENrBySmYn2-5g_8OO_nYBAQUnJzqcIL_l2CjlwbXIRchLcnGAEjuuQaYzDJgS7TPoBMtNfZy4RJVUsKParBvOA/s1024/irene%20sanchez%20moreno.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="809" data-original-width="1024" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFFFp1Cu315YtKUL1lAqgt5qXtE-l80ZWW5N_qYcVRXNiDf4yPeaAi3lx9EOi3x73ZIJgbc6MKiIHLXGwz0f3-R3n953lWR7uUKWsuENrBySmYn2-5g_8OO_nYBAQUnJzqcIL_l2CjlwbXIRchLcnGAEjuuQaYzDJgS7TPoBMtNfZy4RJVUsKParBvOA/s320/irene%20sanchez%20moreno.jpg" width="320" /></a></div> <span style="font-size: x-small;">Irene Sánchez Moreno</span><br /><p><br /></p><p style="text-align: left;"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">“En un paisaje no hay nada que comprender, se nos presenta
vacío de razón” afirmaba Ruskin en uno de sus textos más conocidos</span><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/El%20paisaje%20no%20es%20la%20naturaleza%20Galeria%20Domo.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="font-size: 12pt; text-align: justify;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span></span></a><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">
y Hodler, gran paisajista, añade ratificando lo anterior: “reproducimos lo que
amamos; la emoción es una de las primeras causas que determinan a un pintor a
hacer una obra”</span><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/El%20paisaje%20no%20es%20la%20naturaleza%20Galeria%20Domo.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="font-size: 12pt; text-align: justify;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span></span></a><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">. El
paisaje, digámoslo desde el principio, no es la naturaleza sino, en todo caso,
una elaboración personal que el artista ejecuta a partir de lo que ve o siente
al contemplar un lugar o la imagen de un lugar. En la pintura de paisaje el
artista, por tanto, accede a la naturaleza por medio de una operación </span><i style="font-size: 12pt; text-align: justify;">estética</i><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">. Esta experiencia estética
acarrea, en términos históricos, una vinculación nueva del ser humano con la
propia naturaleza que, así, puede ser vista como una entidad anímica o
emocional, a veces de resonancias épicas o sublimes, como queda patente por
ejemplo en ciertas obras de Irene Sánchez Moreno o Alba Cortés, presentes las
dos pintoras en esta exposición, y otras como escenificación del deseo o la nostalgia,
siempre en un sutil equilibrio entre naturaleza y cultura, como es el caso de
Miguel Gómez Losada, el tercero de los artistas que completa esta concisa y
excelente colectiva.</span></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"></span></p></blockquote></blockquote><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"></span></p></blockquote><p style="text-align: left;"><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;"></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Contra lo que pudiera parecer el paisajismo tanto de I.S.M.
como de A.C. no es un paisajismo topográfico, interesado en la descripción
física de accidentes geográficos por muy pintorescos o sugestivos que puedan
resultar a la mirada. Si en los parajes alpestres de I.S.M. se adivina una
inclinación por el carácter inmutable de la naturaleza y su condición de enigma
frente a lo transitorio y efímero que distingue a la condición humana, en el
paisajismo de A.C. cobran fuerza intereses de alcance netamente posmoderno como
son la descontextualización de fragmentos naturales o la reinterpretación de
imágenes virtuales procedentes de cámaras ultravioletas pasadas al óleo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8WuabNApljI8N_-MScSNsC_84qZnV7vUZHcL76kazq2bQ3ZErLLuZsyNsr9zTM19rI7qlj6Vcwio0f1KrG6bWzbobQl9wgCfG70TDtOjT0YSjAGyhZmVvstrmnCR0mjWUGgFFdLkzKvV-2SYdJtEcbCdCRbqRQNJmobqtDuPsFk3aznbxKcJLlUvF7Q/s1024/Alba-Cortes%20en%20su%20estudio.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8WuabNApljI8N_-MScSNsC_84qZnV7vUZHcL76kazq2bQ3ZErLLuZsyNsr9zTM19rI7qlj6Vcwio0f1KrG6bWzbobQl9wgCfG70TDtOjT0YSjAGyhZmVvstrmnCR0mjWUGgFFdLkzKvV-2SYdJtEcbCdCRbqRQNJmobqtDuPsFk3aznbxKcJLlUvF7Q/s320/Alba-Cortes%20en%20su%20estudio.jpg" width="320" /></a></div> <span style="font-size: x-small;">Alba Cortés en su estudio</span><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt;">Caso muy distinto es el de M.G.L. Su poética del paisaje –yo
diría de toda su pintura- se nutre de la sorprendente combinación de lo
aparentemente sólido con lo elusivo y hasta intangible. Su imaginería parece
circundada por un aura romántica u onírica de tal potencia que lleva a sus
imágenes al borde de la disolución, como si estuvieran en un tris de
desaparecer delante de nuestros ojos. Ficciones románticas son lo que parecen.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por último, creo que resulta pertinente enfatizar el hecho de
que los tres pintores tengan por costumbre partir, para su trabajo, de
originales fotográficos ajenos consiguiendo, así, que sus imágenes se
distancien necesariamente de la experiencia personal. Una manera de abundar en
la tesis posmoderna de que la realidad es siempre problemática y se desenvuelve
de manera más neta en nuestra mente que en eso que hemos dado en llamar mundo
exterior. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; font-size: 12pt; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfP4tbGF8YdaejY78BaL0nK-HsodEnUayrpsTeJ0ZS68eMRmstR_ldJ_hce425tJWnkvKcE7V5USKEgc3XkUppVsWs6OHg6KW0grx-JnXZaztyeOBVhehG4USvP_WoHUDBTl7oTkRnd1urznWEcjb9ltXr-cyTlh1Qtv8M7v6Ww0pbb5S4wFYKSRL88w/s1200/GomezLosada.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1064" data-original-width="1200" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfP4tbGF8YdaejY78BaL0nK-HsodEnUayrpsTeJ0ZS68eMRmstR_ldJ_hce425tJWnkvKcE7V5USKEgc3XkUppVsWs6OHg6KW0grx-JnXZaztyeOBVhehG4USvP_WoHUDBTl7oTkRnd1urznWEcjb9ltXr-cyTlh1Qtv8M7v6Ww0pbb5S4wFYKSRL88w/s320/GomezLosada.jpeg" width="320" /></a></div><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span><span style="font-size: x-small;">Miguel Gómez Losada</span><br /><span style="font-size: 12pt;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 7;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/El%20paisaje%20no%20es%20la%20naturaleza%20Galeria%20Domo.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Ruskin,
John, Los Pintores Modernos. El paisaje, Valencia, Prometeo, 1913, p. 8<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/usuario/OneDrive/Documentos/El%20paisaje%20no%20es%20la%20naturaleza%20Galeria%20Domo.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Hodler,
Ferdinand, La misión del artista, Palma de Mallorca, José J. de Oñaleta editor,
2009, p. 9<o:p></o:p></p>
</div>
</div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-82145631656158662942022-08-01T23:00:00.000+02:002022-08-01T23:00:04.269+02:00María Gómez. El viento. Retirarse es lo primero.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoYa5su9pP2RAAT9z7aFp6XowkIXZutr7wOKF5BQbRv3pN4mus6YmzsB364i6FwQX_Z30E8Wh8cUkYjDILLYZoFA7O1Mj0lJmXrMTY1iPtVJqOCUTuwHpdR1sqMN2HqzsFYoI5AtOfjP9h2lm5dwL00FHwa-x0MSOYDFeMOXX712HNE1KsOUbJUO2xig/s500/de%20camino%20a%20Sputnik.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="500" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoYa5su9pP2RAAT9z7aFp6XowkIXZutr7wOKF5BQbRv3pN4mus6YmzsB364i6FwQX_Z30E8Wh8cUkYjDILLYZoFA7O1Mj0lJmXrMTY1iPtVJqOCUTuwHpdR1sqMN2HqzsFYoI5AtOfjP9h2lm5dwL00FHwa-x0MSOYDFeMOXX712HNE1KsOUbJUO2xig/s320/de%20camino%20a%20Sputnik.jpg" width="320" /></a></div><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> <span> </span><span> </span><span> </span><span> </span> Camino a Sputnik, 2021</span><p></p><p><span><br /></span></p><p><span><br /></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> MARÍA GÓMEZ: LA IMAGEN EMPÁTICA<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b> </b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No deberíamos considerar nuestros
prójimos a las figuras de María Gómez. Al igual que ocurre con una Venus o una
Madonna del Quattrocento su figuración se mueve en una esfera ideal, cercana al
arquetipo y en apariencia fuera del alcance de las pasiones y los anhelos
mortales. Por eso sus figuras nos resultan fascinantes. Tienen un inexplicable
parecido con nosotros pero no son como nosotros. En varias de sus últimas
grandes composiciones (<i>De camino a
Sputnik</i>, <i>Gran estancia de meditación</i>
o <i>Señora pobreza</i>) dichas figuras aparecen
ocupadas en tareas o actividades domésticas de cierta enjundia pero lo hacen
con una concentración tan ajena a toda mundanidad, con tal delicado altruismo que
se dijera que están concebidas como premoniciones de lo eterno, destinadas a
trascenderse a sí mismas. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A lo largo de una trayectoria que
supera con creces los 40 años en la escena del arte (su primera individual se
remonta a 1977) la evolución de MG se nos presenta como una empresa artística
de una insólita coherencia a la que ella siempre ha sabido agregar un toque
levemente indescifrable, casi mágico, de distinción o rareza que hace que pueda
ser reconocida en cualquiera de sus cuadros. Adscrita desde muy joven al empeño
general de su generación por renovar los modelos figurativos patrios recién
iniciada la década de los ochenta, para MG parece claro que el objetivo del
artista moderno no es provocar una ruptura traumática con la tradición sino más
bien reapropiársela desde una independencia fáctica que resulta incompatible
con cualquier ortodoxia estética. Su obra, así, evidencia que si en aras de la
necesidad de novedad el artista de su tiempo opta por enfrentarse al reto de
rehacer la forma y el estilo no es tanto para repudiar la tradición clásica
cuanto para renovarla con el fin de poder expresar nuevas realidades o
necesidades del alma que no habían tenido ocasión de poder ser expresadas
antes. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tratar de renovar la tradición es
un empeño noble y difícil, no apto para cualquiera. En los cuadros de MG no hay
cabida para la banalidad. Su figuración parece estar atravesada por el afán de
rescatar una cierta idea de lo que la belleza debería ser hoy: algo a medio
camino entre lo sagrado y lo humilde. La necesidad íntima de belleza surge de
nuestra condición metafísica, de nuestro afán por encontrar nuestro lugar en un
mundo cada vez más global y público. Se trata, en definitiva, de saber hallar
el punto de equilibrio para poder alcanzar un cierto estado de armonía con los
demás y con nosotros mismos. MG ordena el mundo en sus cuadros y yo diría que
lo hace para encontrar su propio lugar en él, para vivir en él según sus
necesidades. Pero una artista tan sensible y espiritual como ella sabe que solo
puede acariciar la esperanza de conciliación con el mundo asumiendo su
condición de “extraña”, de inadaptada, de ahí que la experiencia de belleza
también pueda interpretarse en su caso como un ejercicio consolatorio, como una
forma de encontrar por fin respuesta a las legítimas aspiraciones de concordia
o armonía con aquello que de sustancial nos rodea. Nadie atento a la belleza
prescinde de la idea de redención. Siempre me ha parecido que la obra de MG se
sitúa en el umbral de lo trascendente. Sus personajes y aquello que hacen sus
personajes apuntan más allá de este mundo de cosas materiales y concretas hacia
un ámbito en el que la vida humana estaría tocada por una lógica emocional tan poderosa
que haría que el sufrimiento fuera noble y el amor valiera la pena. Por eso he
dicho al principio que sus figuras se resisten a ser consideradas como nuestros
prójimos. Nosotros hemos terminado por ser, a fuerza de adaptación al mundo, de
otra pasta, más endeble y más innoble. Los personajes de MG sienten lo que
hacen, incluso aunque lo que hagan sea solo mirar o pensar, como sus
enigmáticas cabezas sobre el papel de las antiguas páginas amarillas. Nosotros,
en cambio, nos hemos acostumbrado a disertar sobre el amor o el dolor sin
tomarnos la molestia de tan siquiera sentirlos. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Veo el plasticismo de MG lleno de
sustancia. Con el añadido virtuoso de estar expresado de una forma elegante y
sumaria donde la intensidad emocional apenas necesita de anécdota narrativa. Es
como si en sus cuadros pudiera respirarse el olor de la melancolía, una suerte
de amable recogimiento pleno de gracia. A lo que contribuye, sin duda, un
estilo que yo llamaría <i>neoarcaico,</i> de cierta dureza expresiva
muy finamente hilvanada a través de trazos nítidos y sencillos apoyados en un
cromatismo apagado, a veces casi sordo, donde predominan los verdes, amarillos,
azules y rosas. El óleo, en su caso, podría confundirse con el temple,
trabajado a base de sucesivas capas o transparencias. Una pintura, en todo caso,
con afán de síntesis espiritual que aspira a reflejar una voz interior, única,
sincera, porque la pintora pinta el mundo que lleva dentro.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En uno de sus cuadernos de viaje
(una especie de Diario) en 1985 la artista dejó escrito: “una vez que se ha
volado ya no es posible caminar sin que una sensación de pérdida se instale
entre nosotros”. Y, en efecto, en esta certera reflexión, que nos trae a la
memoria los versos de aquella inolvidable conversación entre el Amado y su
Esposa del <i>Cántico Espiritual</i> de San
Juan de la Cruz, MG nos dice mucho más de lo que parece de su propia obra. No
solo en la mujer que medita con un libro en la mano o en aquella que le ofrece
a otra una luminiscente pequeña ofrenda o en el niño que porta con tierno
esmero un cuenco verde sino incluso en una desnuda arquitectura o una simple
cortina al viento podemos adivinar la necesidad de la artista por hacer
“especiales” las cosas que toca, por extraerlas de sus respectivos contextos
cotidianos para dotarlas de un peculiar embeleso, de una especie de encantamiento
que las hace a un tiempo flotantes e indefensas. Como si hubieran levantado el
pie, por un momento, de la tierra y perdido el contacto con el resto del mundo
para volver, al poco, cambiadas, trascendidas por la experiencia, pero también
conscientes de su propia vulnerabilidad, de su inevitable indefensión ante los embates
de la vida real. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">MG evita en su pintura
involucrarse en exceso en las contingencias de la cotidianidad. Acaso por temor
a mancillar aquello que de puro todavía persevera en nuestro sentimiento. Así,
nos ofrece meditaciones sobre los anhelos e inquietudes humanas en lugar de
soluciones mediante la acción. El arte genuino se distingue del artificioso
porque apela a la imaginación en vez de buscar un sucedáneo de lo real. Las
escenas imaginadas de MG no necesitan convertirse en realidad sino que están
cómodas, como en su sitio, en tanto que representaciones. Llegan hasta nosotros
empapadas de pensamiento y sensibilidad, son imágenes empáticas que se
contentan con ponderar su valor de iconos y nos deleitan de un modo inexplicable que, a
la postre, termina por ser la parte
principal de su significado. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixuvuWuX51iXcUrpaSalis_44gQnpMDLGH_KxDbEaz2-3Cq9gmgDS9C8by-2tmT3lH8oguiPwR3mE1fliWJFuPryR4gB68bS_fSRRHTCEeDpaYI5Cn76hLpDA95m3sUd8mmMRLeIFYUmiIDoHJglYfQ7zA9BxbqQlEs4xXlcv6Pvj8zt2rHRUfj__4bQ/s650/mar%C3%ADa%20gomez%20el%20viento.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="545" data-original-width="650" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixuvuWuX51iXcUrpaSalis_44gQnpMDLGH_KxDbEaz2-3Cq9gmgDS9C8by-2tmT3lH8oguiPwR3mE1fliWJFuPryR4gB68bS_fSRRHTCEeDpaYI5Cn76hLpDA95m3sUd8mmMRLeIFYUmiIDoHJglYfQ7zA9BxbqQlEs4xXlcv6Pvj8zt2rHRUfj__4bQ/s320/mar%C3%ADa%20gomez%20el%20viento.jpg" width="320" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> <o:p></o:p></p><p><br /></p><p><br /> </p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-45870404458486012742022-04-11T17:55:00.000+02:002022-04-11T17:55:03.857+02:00En casa de Antonio Sosa<p> <!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:EnableOpenTypeKerning/>
<w:DontFlipMirrorIndents/>
<w:OverrideTableStyleHps/>
</w:Compatibility>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="267">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:11.0pt;
font-family:"Calibri","sans-serif";
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;
mso-fareast-language:EN-US;}
</style>
<![endif]-->
</p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;">En casa de Antonio Sosa</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-tab-count: 2;"> </span>“Estamos obligados a
olvidar nuestro tiempo si lo que queremos es trabajar de acuerdo con nuestras
convicciones”</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-tab-count: 5;"> </span>-Goethe
en una carta a Schiller, nov de 1797- </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"> <br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl1OWsRCI6Zx2fC5l6E6n-lRhREL2yaNH19Cp0Cl-FnoJSlpfBruymQxyUxLxgjKzI9xHvI1TMO0BDqTOqlJJTZJl_M9bO7qEBQxGMIumDQSURWMu2eTAZXjNCsJsBKpsb3ZSLy6mTcD-UlczPDFCrcVmDyMLXwHZiWAoWYvU1nsI_k3-ELKmY6VoH5w/s4608/20200608_111232.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="4608" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl1OWsRCI6Zx2fC5l6E6n-lRhREL2yaNH19Cp0Cl-FnoJSlpfBruymQxyUxLxgjKzI9xHvI1TMO0BDqTOqlJJTZJl_M9bO7qEBQxGMIumDQSURWMu2eTAZXjNCsJsBKpsb3ZSLy6mTcD-UlczPDFCrcVmDyMLXwHZiWAoWYvU1nsI_k3-ELKmY6VoH5w/s320/20200608_111232.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: #141823; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"></span></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Al principio me perdía. Me desviaba en
Coria en vez de en La Puebla. Hasta que aprendí a guiarme por las rotondas,
quiero decir, por los desvaríos artísticos que las corporaciones municipales
tienen a bien infligir a los automovilistas que circunvalan por allí. La que te
recibe a la llegada de La Puebla es literalmente inolvidable: tres grandes
ninots de falla en plexiglás descascarillado (dos de ellos genuflexos y uno
erguido y con capa) escenifican candorosamente el agradecimiento de los
primeros moradores de la localidad al rey Alfonso X el Sabio. En cuanto hice de
ese conjunto de carretera mi faro ya no volví a extraviarme. Era dar media
vuelta, torcer a la izquierda enfilando la cuesta y al poco llegabas a su casa.
La casa de Antonio Sosa es una casa grande que da a dos calles y desde la que
se ve el río muy cerca. Siempre nos citamos allí y las sesiones de
conversaciones –a veces, larguísimas- transcurrían en la planta baja, donde
tiene el estudio. En más de una ocasión hablábamos delante del último dibujo
que estuviera haciendo y, de ese modo, pude asistir a la lenta evolución de
alguno de ellos. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Llegar a La Puebla del Río desde el
centro de Sevilla (donde vivo) es una experiencia un tanto descorazonadora, por
lo que ves y sobre todo por lo que dejas de ver. Hasta que no cruzas el
Aljarafe hacia el poniente todo es un dédalo de circunvalaciones y carreteras
periféricas llenas de tráfico y cercadas por anodinos centros comerciales y un
urbanismo de polígono. Luego, cuando pasas el túnel y tomas para Gelves, la
carretera culebrea entre urbanizaciones achacosas y una sucesión de polígonos
industriales de poco fuste y escasa actividad productiva. El campo apenas
sobrevive y solo a lo lejos, o a lo muy lejos, se entrevé algún olivar, alguna
hacienda, alguna antigua alquería. Nunca el río, que solo se le adivina por la
ringlera de árboles que a veces se dejan ver, por la línea de horizonte, a la
izquierda. Ese Guadalquivir, remoto modelador del paisaje, del que Antonio vive
tan cerca y que tanto le ha acompañado en muchos de sus trabajos. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Siempre he admirado la obra de Antonio
Sosa y cuando tuve la ocasión de conocerlo en persona en la edición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Arco</i> del 2002 a través de nuestra amiga
común Concha Ybarra me impresionó su sencillez de trato y su naturalidad a la
hora de hablar de cuestiones artísticas. Desde ese momento quise ser su amigo y
empecé a seguir su trayectoria con más detenimiento. En alguna ocasión, a lo
largo de estos últimos veinte años, he escrito sobre su obra (breves
consideraciones como a vuela pluma movido por el profundo poder de fascinación
de su imaginería) pero hasta hace dos años no se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>presentó la ocasión de poder dedicarle un
libro a conciencia, y a fe que creo haber aprovechado la ocasión. </span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Siempre he pensado que si quieres
fastidiar a un artista solo tienes que explicar su arte. En ese arriesgado
ejercicio de equilibrio me he estado moviendo conscientemente desde que empecé
a acercarme con ojo crítico a las obras de muchos de los artistas a los que
admiro. Por eso he preferido evitar, en lo posible, las explicaciones
categóricas, las conclusiones inapelables que tan mal se llevan con el espíritu
del arte en general y aun peor –pues son incompatibles- con el arte, en
concreto, de Antonio Sosa. Pocos artistas he conocido más libres que Sosa, más
hostiles a las lucrativas estrategias y las inevitables componendas de lo que
podemos llamar el circuito del arte. Una libertad que, desde luego, ha pagado
–y sigue pagándola- cara. Que su singularísima obra esté casi toda guardada en
su casa o en los almacenes de ciertos museos de prestigio nos parece cosa
inaudita y lamentablemente reveladora de la situación por la que pasa el arte
más actual no solo en España.</span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD4wNwfrf-SRdfdK18A6EiCm_exj2N0mddVqfZc0JtgpSnnbxDR3NmPFTHgI25-ehLwFWq9UVg2H8neVePpjRRJVSPBLqgS8zd7nF3liIa-OMTGvn8PiIigFJGOZ2FxTlAD-TPUFWXjwT22zKeceDk5c6CgM-kSkCDdbP3WDTTXRTFRnIL9_m35iLWFg/s4608/20220328_120522.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2128" data-original-width="4608" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD4wNwfrf-SRdfdK18A6EiCm_exj2N0mddVqfZc0JtgpSnnbxDR3NmPFTHgI25-ehLwFWq9UVg2H8neVePpjRRJVSPBLqgS8zd7nF3liIa-OMTGvn8PiIigFJGOZ2FxTlAD-TPUFWXjwT22zKeceDk5c6CgM-kSkCDdbP3WDTTXRTFRnIL9_m35iLWFg/w400-h193/20220328_120522.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> Es difícil acercarse a la obra de este
artista sin sentir en algún lugar de nuestro cuerpo algo parecido a la
presencia de lo misterioso. Incluso en algunas ocasiones (delante de ciertas
esculturas en madera o en escayola y ceniza) pareciera que estuviésemos
rompiendo un tabú, penetrando en un espacio sagrado y prohibido y
exponiéndonos, así, a un castigo terrible. Y como su propia etimología se
encarga de recordarnos (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">misterio</i>
viene del verbo griego <i style="mso-bidi-font-style: normal;">myein</i>, que
significa “cerrar la boca”) ante el misterio es difícil decir nada, mejor es no
decir nada, aunque para el crítico eso resulte metafísicamente imposible. En
cualquier caso, debería bastar con presenciarlo, asistir a su revelación y poco
más, el misterio se escapa a toda explicación racional. Un poco como la obra de
Antonio Sosa que para el crítico, ya lo hemos apuntado, es un desafío peligroso,
un salto mortal sin red. Uno corre el riesgo de subirse a la parra o de
terminar diciendo tonterías.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span>
</p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">En Nietzsche creo que tenemos una vía de
acceso. En un fragmento póstumo de 1888 escribe: “los artistas no deben ver
nada tal como es, sino que lo deben ver más pleno y más simple y más fuerte de
como es. Para eso han de tener en el cuerpo una especie de juventud y de
primavera eternas, una especie de ebriedad habitual”. Si proyectamos la obra de
Antonio Sosa en el tiempo no tardamos en darnos cuenta de que haga lo que haga
intensifica el sentimiento de estar vivo y estimula, en consecuencia, la
capacidad perceptiva del espectador. El efecto que nos causan muchos de sus
dibujos (grandes o pequeños) es, por tanto, de excitación, psíquica pero también
física, una especie de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ebriedad</i>. Su
iconografía sobreabundante, a caballo entre el bestiario medieval y el
yacimiento psicoanalítico del recuerdo, posee la capacidad de conectarnos con
las fuerzas subterráneas de la vida, con aquello que Freud llamó, con acierto,
las pulsiones de vida. </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmJegf-MBlOTmV_mabvzTmBCYKKOswvSSmQZPKDQ6R__d0JgLsgVpIvVIHzMJbiUVSfp327WMUGX3vVCCyeX2l2FU2cRlvFTT4oRJb7aXRjFaEXvxFfR6X0I6tXBnERU67juGH2QAj-WiHFvaCTuxHZ1Zb4QVBWAYk2RNFwi0blx8RC1cxbu-7BCbCWw/s4608/20220328_120214.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2128" data-original-width="4608" height="196" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmJegf-MBlOTmV_mabvzTmBCYKKOswvSSmQZPKDQ6R__d0JgLsgVpIvVIHzMJbiUVSfp327WMUGX3vVCCyeX2l2FU2cRlvFTT4oRJb7aXRjFaEXvxFfR6X0I6tXBnERU67juGH2QAj-WiHFvaCTuxHZ1Zb4QVBWAYk2RNFwi0blx8RC1cxbu-7BCbCWw/w369-h196/20220328_120214.jpg" width="369" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> Veo a Sosa perfectamente consciente de
que para poder crear algo, en verdad, original y sincero el artista debe
renunciar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">motu proprio</i> al pensamiento
discursivo y racional y volverlo intuitivo y simbólico. Es la única forma de
superar la diferencia entre tiempo y eternidad. La forma superior de
conocimiento está reservada a la poesía y al arte. Sosa es buen lector de
poetas como Rilke, Lorca o el propio Nietzsche (en el fondo, también poeta) y
no desconoce ciertos textos sagrados hinduistas como el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bhagavad-Gita</i>. Está espiritualmente entrenado, por tanto, para
saber que entre las ideas y las cosas media un abismo y que más allá de la conciencia
solo queda lugar para el misterio. La experiencia artística, como la
experiencia religiosa profunda, nos libera de la cadena del tiempo, alivia la
conciencia de nuestra propia finitud, nos hace creernos superiores. Tengo para
mí que, en el fondo, el arte en Sosa es un camino de autoconocimiento, un medio
para ser mejor persona en el que poder equilibrar el terror de ser hombre con
el prodigio de ser hombre también. </span>
</p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;">Sé, por haberlo vivido, que en este
libro el artista se ha entregado por completo, se ha vaciado de sí mismo en un
acto de rigurosa y persistente generosidad. Y por ello quedo eternamente
agradecido. Quiero pensar que a partir de ahora si alguien tuviera que
acercarse al personaje y a la persona de Antonio Sosa no tendría más remedio
que leer este libro. </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 18.4pt; text-align: justify;"><span style="color: #141823; font-size: 12.0pt; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-hansi-font-family: Calibri;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqB23wdV81j0cJzVmx-5aeFQB2OyJtQb07AGKuce-69-DpadjNSKTATSuusAFoda9cUnpTnvW2xNJjxmphnTHZVuveY4A_GlGsR_bNEndQ5ddfDG3F42ds4F8bE-wdZSQqlpWxmi_7ZhwEkq7DwD1hCmaIbbSFXb9wPSX9OaipOhy5d-g1ZVZT9hQ9RQ/s4608/20220331_193216.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2128" data-original-width="4608" height="148" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqB23wdV81j0cJzVmx-5aeFQB2OyJtQb07AGKuce-69-DpadjNSKTATSuusAFoda9cUnpTnvW2xNJjxmphnTHZVuveY4A_GlGsR_bNEndQ5ddfDG3F42ds4F8bE-wdZSQqlpWxmi_7ZhwEkq7DwD1hCmaIbbSFXb9wPSX9OaipOhy5d-g1ZVZT9hQ9RQ/s320/20220331_193216.jpg" width="320" /></a></div><br /> <p></p>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-36017545982712374862022-02-25T12:07:00.002+01:002022-02-25T12:07:44.627+01:00Montepecho. Félix de Cárdenas<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Montepecho, óleo sobre lienzo, 1991. 100x81 cm<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Félix de Cárdenas</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiVUXFmhFniz2Gb_A-TWy3ndxk3Jb-t4vylgVJhjVoWkPlxSx5NprHmyqaCaNYpNhrKh0JP_Fqi_GpzStv4ABwtvN5OBEOKTov4bXwudo7rijw50bMfxfAqf_TbqX_bUqeP3FW-kSWQo34zVf4KrWRYxwB1SXjWvvUqPTSLekQPP2CbJlXF6PnqpiMAcw" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="863" data-original-width="684" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiVUXFmhFniz2Gb_A-TWy3ndxk3Jb-t4vylgVJhjVoWkPlxSx5NprHmyqaCaNYpNhrKh0JP_Fqi_GpzStv4ABwtvN5OBEOKTov4bXwudo7rijw50bMfxfAqf_TbqX_bUqeP3FW-kSWQo34zVf4KrWRYxwB1SXjWvvUqPTSLekQPP2CbJlXF6PnqpiMAcw" width="190" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si
hay un cuadro, en la pintura de Félix de Cárdenas, donde la integración de los
géneros del paisaje, el bodegón y el desnudo se produzca del modo más fluido y
feliz es, sin duda, <i>Montepecho</i>. El
pintor ya lo había ensayado –y lo seguirá haciendo en el futuro- en la segunda
mitad de los años ochenta (recordemos, por ejemplo, <i>Bodegón de la piña</i> de 1986 o el magnífico <i>Bodegón del limón con el molino de Benalosa</i> de 1988) pero es ahora
cuando el tercer género, el desnudo, aparece de forma menos alegórica, más
explícita. <o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both;">
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Son
conocidas las reservas del artista sobre la eficacia plástica y poder de
sugestión del cuerpo desnudo, especialmente femenino, en la pintura moderna. Su
desconfianza, en este sentido, le ha llevado a utilizar otras estrategias que
han enriquecido, de manera muy sabrosa, su iconografía; la más generalizada es
la alegoría gastronómica a base de frutas, plantas hortícolas y útiles de mesa.
Así higos y granadas aparecerán a menudo como alegorías frutales del sexo
femenino mientras que la berenjena o el cuchillo harán las veces del masculino.
No son, pues, meros cuerpos desnudos con sus limitados efectos visuales y
libidinales sino que en tanto que alegorías de la vista, el gusto y el tacto
cobran una dimensión que, sin olvidar su poder de sugestión, es, a la vez,
conceptual y reflexiva. Por si fuera poco, el paisaje aquí también está preñado
de un manifiesto erotismo expresado en las redondeces y turgencias de las
formas, no solo por la suave ondulación de la colina coronada por una
inverosímil construcción rural que más bien parece un rosado pezón, sino por la
cimbreante danza cruzada de los largos tallos rematados en grandes hojas que
tienden a la forma del roleo vegetal. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Toda
la composición parece como ingrávida, sostenida sin esfuerzo en el aire por lo
que bien pudiera ser una gran hoja de parra o una vaina abierta en la que se
concentra la carga más significativa de color. Y será, de nuevo, la disposición
y aplicación del color lo que terminará haciendo de esta obra un cuadro
memorable: de los tonos cálidos de abajo se asciende sutilmente hacia una gama más fría conforme se alcanza
la parte superior, sin solución de continuidad, creando un clima como de
ensoñación y enigma, idóneo para el reflejo de ese lugar ideal, síntesis de
pensamiento y sensualidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial Rounded MT Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /><br /></span></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-42310166225175542542021-10-25T12:34:00.003+02:002021-10-25T12:34:45.096+02:00Carta abierta a Simon Zabell<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-O1vYKuBZ6vk/YXaHtr33XfI/AAAAAAAAdWM/h7QUYr85tFo2KZH7hkpekGRnBuKP9FW3gCLcBGAsYHQ/s1552/stevenson-tahiti-marquesas_1_f947269a4d5c1d63b43db2bd875c7d7e.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1026" data-original-width="1552" height="212" src="https://1.bp.blogspot.com/-O1vYKuBZ6vk/YXaHtr33XfI/AAAAAAAAdWM/h7QUYr85tFo2KZH7hkpekGRnBuKP9FW3gCLcBGAsYHQ/s320/stevenson-tahiti-marquesas_1_f947269a4d5c1d63b43db2bd875c7d7e.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dicen que los que han llegado allí, Simon, los muy viejos,
recuerdan sobre todo su infancia y casi se complacen en los exclusivos
recuerdos de ella, como si todo lo demás, el recorrido entero del resto de sus
vidas de jóvenes y adultos, hubiese sido como una acumulación de distracciones
y errores, de incalculables afanes por cosas que en realidad poco o nada han
importado, una travesía hasta cierto punto inútil para regresar al origen, a lo
que verdaderamente cuenta. Tú no desconoces, Simon, lo que le ocurrió a
Stevenson, que recorrió medio mundo para al final solo pensar en su ciudad
natal, desde la Polinesia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mira lo que dicen estos postreros versos de Stevenson cuando
sabía que su vida se acababa en los Mares del Sur, en Apemama, envuelto en una
verdadera y extraña nostalgia por su “ciudad ceñuda”: “Cuando la luz de mis
ojos expirantes disminuya y ceda, y la voz del amor venga insignificante a mis
oídos que estarán cerrándose, ¿qué sonido llegará sino el viejo grito del viento
de nuestra ciudad inclemente? ¿Qué volverá sino la imagen del vacío de la
juventud, llenado por el ruido de pasos y aquella voz de descontento y embeleso
y desesperanza?”. Y en otro poema expirante, en el que parecía desdeñar los
mares remotos y cálidos que con tanto ahínco había ido a buscar, aun le
persistía el mismo espíritu y añoraba dolorosamente el borrascoso clima de
Edimburgo: “Un mar que no está en los mapas envuelve y confina a una isla sin
luces, en vano, al hijo errante. La voz de generaciones muertas me llama,
sentado en la lontananza, a levantarme y con diligencia volver atrás sobre mis
numerosos pasos y, acabado todo cambio, tenderme cuan largo soy en aquella
notable ciudad de los muertos”. Quizá, Simon, debiera leerte estos versos en su
lengua, que es también la tuya, por no oírlos traicionados sin remedio en la
mía: “The belching winter wind, the missile rain, the rare and welcome silence
of the snows, the laggard morn, the haggard day, the night…” Tú, Simon, que
fuiste en su busca y cruzaste continentes ¿crees que también él se volvió hacia
el lugar primero, por oscuro o deprimente que fuera? ¿Crees que uno acaba
siempre por mirar con el desvalido ojo del recuerdo a su mortecino pueblo o a
su pequeña ciudad de provincias de la que con tanto esfuerzo se quiso escapar
cuando aun el futuro y la esperanza estaban por realizarse?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-rQWTUlr2ddU/YXaH-mmfpzI/AAAAAAAAdWU/STt4vxi-FbodTCrEUjako8PfhoaJ11XDQCLcBGAsYHQ/s1936/Robert_Louis_Stevenson_by_Henry_Walter_Barnett.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1936" data-original-width="1280" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-rQWTUlr2ddU/YXaH-mmfpzI/AAAAAAAAdWU/STt4vxi-FbodTCrEUjako8PfhoaJ11XDQCLcBGAsYHQ/s320/Robert_Louis_Stevenson_by_Henry_Walter_Barnett.jpg" width="212" /></a></div> <span style="font-size: x-small;">Stevenson fotografiado por Henry Walter Barnett</span><br /><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ya ves lo que le ocurrió a Stevenson y no era viejo. Murió a
los cuarenta y cuatro años, pero eso da igual. Cuando escribió estos poemas
debió de notar que su fin estaba próximo, y solo se acordaba, con conmovedora
nostalgia, del inhóspito lugar de su infancia. Mira cómo empieza este otro:
“Los trópicos se difuminan y me parece como si yo, desde el Halkerside, o más
alto, desde el Allermuir, o el escarpado Caerketton, en sueños volviera a
mirar…”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Embarcarse hasta las antípodas, buscando remedio a sus
achaques, poniendo mucha tierra e infinitos mares por medio, para morir
evocando “el viejo grito del viento de nuestra ciudad inclemente”. Son las
visiones del pasado de una infancia inapelable que vuelve para quedarse. Mira
con qué claridad termina: “Esas yo recordaré, y luego todo lo olvidaré”. Así
cierra Stevenson su poema, Simon, y no es de extrañar que así también cerremos tú
y yo y nosotros todos, algún día por venir, nuestras vidas. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-53176505826476251282021-10-13T14:00:00.002+02:002021-10-13T14:00:20.478+02:00Fátima Pemán: mirar afuera para ver adentro<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span>Chopos y encina en el barranco, 2020.<br /><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Ij4g0I5Tq7M/YWbJ1FmBovI/AAAAAAAAdVU/Pw2EQwJTNC48dWZMhpHgj8YMK33KzCNaACLcBGAsYHQ/Chopos-Obra-Fatima-Peman-Paisajes.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="375" data-original-width="667" height="180" src="https://lh3.googleusercontent.com/-Ij4g0I5Tq7M/YWbJ1FmBovI/AAAAAAAAdVU/Pw2EQwJTNC48dWZMhpHgj8YMK33KzCNaACLcBGAsYHQ/w320-h180/Chopos-Obra-Fatima-Peman-Paisajes.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Como en su momento le ocurriera a Thoreau el horizonte de
Fátima Pemán “está limitado por los bosques”; es como si del sol, la lluvia,
los árboles y las estrellas hubiera creado un mundo para ella sola. Estar solo
en la naturaleza no es, en realidad, estar desamparado pues, como nos advierte
el mismo Thoreau, “mientras disfrute de la amistad de las estaciones sé que
nada podrá convertir la vida en una carga para mí”. <a href="file:///C:/Users/citer/OneDrive/Documentos/F%C3%A1tima%20Pem%C3%A1n%20texto.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuando uno ha sustituido el bullicio urbano por la constante
y atenta intimidad con el medio natural sin duda termina no solo por aprender
el admirable arte de la simplificación sino también acaba asumiendo una cierta
manera de estar en el mundo, algo semejante a lo que podríamos llamar una
lúcida concertación, una especie de pacto no escrito entre el mundo y uno
mismo. En más de una ocasión la pintora ha reconocido que ha sido la naturaleza
la que le enseñó a dibujar y que solo ésta es capaz de mostrarle “los conceptos
que luego interiorizo”. Es muy probable que esto sea así pero no es menos
cierto que su paso por la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">New York Studio
School </i>a mitad de los años noventa, en la que su tutor fue nada menos que Esteban
Vicente, le familiarizará con los principios elementales y los recursos más
eficaces de una abstracción, en su caso, siempre tendente a lo orgánico e
infundida de un mesurado lirismo. Esta herencia y, quizá, el hábito del
ejercicio del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">collage</i> –en tanto
laboratorio de relaciones espaciales y generador de consonancias y disonancias
cromáticas- sostienen, en lo técnico, el paisajismo de Fátima Pemán. Un
paisajismo de una económica sobriedad en el uso del color, donde los tonos
cálidos de los marrones y amarillos parecen enfriarse a la vera de los verdes y
purpúreos violetas que se caldean, en simétrica inversión, en contacto con los
primeros. Y un paisajismo, a la vez, de una sabia austeridad en lo compositivo
-casi rozando el esquematismo- en el que resulta imposible detectar ningún
elemento anecdótico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Siendo todo esto de una notable evidencia, lo que más nos
llama la atención en estos paisajes de F.P. es la persistente ausencia de un
centro de gravedad de la atención. Como en la pintura china, el ojo se desliza ligero
por la tela sin poder hallar un foco donde descansar por un instante la mirada induciéndole,
de este modo, a una visión holística e integradora. En ellos, por tanto, salta
a la vista una cualidad rara que no pocas veces hemos echado en falta en el
paisajismo occidental: la consabida circunstancia de que el orden de la
naturaleza opera sin consultar los libros de geometría ni las leyes lineales de
los hombres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A estas alturas de la
historia es ya un lugar común recordar que un paisaje –en este caso, la sierra
onubense de Aracena- es para el artista una manera de ver y sentir el espacio
que le rodea y afecta. Hace más de cinco años que la pintora decidió
trasladarse a esta su Arcadia particular con el propósito de darle un giro
trascendente a su vida. No se trataba tanto de huir como de encontrarse y así
fue cómo se descubrió disfrutando de un tiempo lento en el que las estaciones,
y no las jornadas laborales, marcan el curso del vivir. Si bien es cierto que
el artista no puede dejar de ver y sentir de una determinada manera, por lo
general culturalmente aprendida, también lo es que la convivencia y el trato
diario con un entorno natural de tamaño alcance sensible facilita la aceptación
de un nuevo orden orgánico de las cosas en el que la simetría, la repetición y las
concordancias pierden pie y dejan paso a lo profundo, oculto e idiosincrático
de cada cosa. Basta contemplar con atención cualquiera de los paisajes de F. P.
para constatar que en el proceso creativo de la boscosa urdimbre de ramajes,
broza, trochas, claros y sombras se ha optado, en primera instancia, por
transcribir sin necesidad de método preceptivo alguno el orden azaroso
característico de la propia naturaleza. Es el ojo atento el que ordena, en todo
caso, mientras mira. Esa es la razón principal por la que sus paisajes nos
parecen tan “reales” sin ser, en sentido estricto, realistas. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De un orden muy distinto es la abigarrada sintaxis de sus
dibujos de temperamento grafitero. Envoltura caleidoscópica de botellas y otros
enseres domésticos, cuando no simples papeles de acuarela, estas tintas negras
se balancean entre un grafismo de entorno suburbano y la pintura ideomórfica
del arte paleolítico. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-QJmAzsEE20g/YWbKPTRzXhI/AAAAAAAAdVc/3q_qN5sM_YIwjbRB9K-zSi9dNBoo9ud2ACLcBGAsYHQ/Botella-pintada-Fatima-Peman.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1501" data-original-width="1200" height="240" src="https://lh3.googleusercontent.com/-QJmAzsEE20g/YWbKPTRzXhI/AAAAAAAAdVc/3q_qN5sM_YIwjbRB9K-zSi9dNBoo9ud2ACLcBGAsYHQ/Botella-pintada-Fatima-Peman.jpg" width="192" /></a></div><br /><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Siendo interesantes en su calidad de dibujos gestuales de
ejecución casi automática de un enorme potencial creativo, donde despliegan
todo su vigor estético es como revestimiento o funda de botella al hacer de
este objeto utilitario el inesperado escenario tridimensional de un jeroglífico
de signos que terminan por suscitar una emoción. Magistralmente concebido, el
contorno negro y definido que ata los dibujos entre sí funciona como una mágica
línea que nos hace soñar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 6;"> <span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span></span>Francisco
L. González-Camaño <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/citer/OneDrive/Documentos/F%C3%A1tima%20Pem%C3%A1n%20texto.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
Todas las citas de Henry D. Thoreau pertenecen a su célebre ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Walden</i> disponible en castellano en
edición de Errata Naturae. </p>
</div>
</div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-83229472315086488532021-05-05T06:48:00.001+02:002021-05-05T06:56:26.331+02:00La Lengua como Coartada<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-PhgpIKityXQ/YJIjaOVRy4I/AAAAAAAAdOE/JTd8PA3FNhI6OE6Qqm5DXmiiCoYdAcBtwCLcBGAsYHQ/s400/basura%2Bcultura.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-PhgpIKityXQ/YJIjaOVRy4I/AAAAAAAAdOE/JTd8PA3FNhI6OE6Qqm5DXmiiCoYdAcBtwCLcBGAsYHQ/s320/basura%2Bcultura.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><span style="font-size: 12pt; text-align: justify;">El desprecio y mofa a las normas ortográficas y gramaticales
es otra de las manifestaciones contemporáneas del irracionalismo y de la
expansión de los discursos del sentimiento tan en boga hoy en día.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">El poder político –con la complicidad de los principales
medios de comunicación- se ha encargado de abaratar tanto el sistema educativo
que éste ya no puede garantizar la correcta transmisión de conocimientos
elementales ni el aprendizaje de recursos básicos para el desenvolvimiento
social con garantías. Ante tal panorama el recurso más fácil suele ser la broma
y la subversión de la norma, simples excusas para maquillar este fracaso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Se trata, básicamente, de disfrazar problemas estructurales
con estribillos llamativos que suenan a modernos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(mejor todavía si suenan a insumisos) para,
acto seguido, buscar a un culpable.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Así,
quienes estamos a favor del rigor y la exactitud en el uso de la lengua como en
el cumplimiento de la ley pasamos de inmediato a convertirnos en retrógrados
(fachas, para entendernos), machistas, clasistas y demás descalificativos exculpatorios. Es otro de los atajos de la ignorancia. En este sentido, llama la
atención que sea la izquierda actual quien hoy lidere esta reacción cuando
tradicionalmente ha sido la reivindicación de la cultura y, por defecto, de
escribir bien y expresarse con propiedad una de las más idiosincrásicas reivindicaciones
del pensamiento progresista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Tengo para mí que la mofa de las normas ortográfica y
gramatical por parte de cierta élite política y académica no es más que una
ridícula romantización de los supuestos estigmas de las clases populares. Y
otra de las tristes desgracias contemporáneas. <o:p></o:p></span></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-30086003298977765272021-03-13T16:53:00.003+01:002021-03-14T11:09:06.853+01:00Animales Budistas<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lZ6YPVH4Y2A/YEzfq8lSGLI/AAAAAAAAdLo/mV1w90Z_kz0MDeB5faSYt0ZSBPNq2VlKACLcBGAsYHQ/s2048/luca%2Bsof%25C3%25A1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1606" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/-lZ6YPVH4Y2A/YEzfq8lSGLI/AAAAAAAAdLo/mV1w90Z_kz0MDeB5faSYt0ZSBPNq2VlKACLcBGAsYHQ/s320/luca%2Bsof%25C3%25A1.jpg" width="320" /></a></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoSubtitle" style="text-align: justify;"><span style="mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Los animales podrían llamarse, en
verdad, budistas: para ellos, de hecho, solo existe el tiempo presente, el aquí
y el ahora. No tienen recuerdos ni esperanzas, al menos no como nosotros. Es
difícil comprender esta modalidad, porque contrasta profundamente con la
estructura misma de nuestra experiencia del mundo, continuamente entretejida de
recuerdos y previsiones de futuro, con arrepentimientos y expectativas, con
recuerdos y proyectos. ¿Cómo puede funcionar una existencia que transcurre integralmente
en el momento presente, unidimensional y, por así decirlo, plana? En realidad,
el presente en el que viven nuestros perros y gatos no es en realidad unidimensional
ni plano: está plagado de señales, cada una de las cuales activa un recuerdo o
una espera, pero solo cuando se produce la señal, solo cuando la señal está
presente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoSubtitle" style="text-align: justify;">Pongamos un ejemplo. Si nos
damos cuenta, los perros nunca nos despiden cuando nos vamos (o cuando uno de
ellos se va), mientras que a nuestro regreso están emocionados y nos reciben
con efusividad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la mente de Luca mi
ausencia no significa que esté fuera por un cierto período de tiempo o que
quizá regrese pronto, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pueda o no
comer el plato habitual de pienso de su merienda, que haya podido ocurrirme un
accidente: nada de eso puede pasarle por su mente. Mi ausencia simplemente
significa que ahora no estoy en casa y nada más. Sin embargo, cuando regreso
siente mi presencia en ese preciso momento y al verme es como si le iluminara
un recuerdo positivo que le trae a su mente la experiencia pasada de nuestro
estar juntos. Por eso Luca me celebra y se muestra tan visiblemente feliz.</p>
<p class="MsoSubtitle" style="text-align: justify;">En otras palabras, la memoria
de un perro (o un gato) es un depósito sellado al que solo se accede cuando el
presente ofrece un rastro, una pista, una señal. Es una forma de recuerdo
prodigiosa: un perro puede recordar a una persona, para bien o para mal,
durante años, pero solo cuando la ve de nuevo, la huele o escucha su voz se le
activa el recuerdo. Es la experiencia presente la que hace que recuerde el
pasado pero sin conciencia de pasado, es decir, sin saber del transcurrir del tiempo,
lo que les evita ese pesar tan humano que llamamos melancolía.</p>
<p class="MsoSubtitle"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-21185500865239106652021-03-12T12:15:00.003+01:002021-03-12T12:15:44.503+01:00La Mirada Mutua<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-SVdAoUWe7Wg/YEtNHeV0aoI/AAAAAAAAdLg/mafOyosL8ws34sW972bo2RQPsQRTQKoPQCLcBGAsYHQ/s2048/abrazo.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/-SVdAoUWe7Wg/YEtNHeV0aoI/AAAAAAAAdLg/mafOyosL8ws34sW972bo2RQPsQRTQKoPQCLcBGAsYHQ/s320/abrazo.JPG" width="320" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> LA MIRADA MUTUA<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es la mirada mutua entre
los ojos del hombre y los ojos de su perro la que logra establecer un vínculo
profundo, más allá del lenguaje, entre ellos. De parecida manera, imagino yo,
al vínculo que se crea entre una madre y su bebé la primera vez que sus miradas
se cruzan. Un vínculo que se renueva constantemente cada vez que se miran. De
vez en cuando Giotto deja de dormir y me mira. Yo, de vez en cuando, dejo de
leer o de escribir y miro a Giotto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así, Giotto cobra
existencia para mí como personaje –como individuo diría yo- dotado de vida, de
pasado y de un mundo de experiencias propias y también compartidas en el mismo
momento en que yo –su dueño, su garante, su compañero- veo que Giotto me mira y
me reconoce como su igual. En ese momento Giotto deja de ser un simple animal y
se convierte en su propia identidad, en su nombre verdadero, en lo único que
posee en el mundo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Book Antiqua","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No trato de humanizar a mi
perro. Humanizarlo sería traicionar su esencia de perro. Sé que por su
naturaleza de animal la experiencia de Giotto está cerrada y es impenetrable
para mí. Aún así, a veces creo lograr traspasar esa barrera cuando mi visión se
acerca a la del poeta y, como si fuera un rayo de luz, penetra por un instante
e ilumina el mundo de mi perro y me ilumina a mí.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-69905526860597771552021-02-16T11:31:00.002+01:002021-02-16T17:53:00.420+01:00<p> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">FELIPE ORTEGA REGALADO.
NO SOY YO QUIEN DIBUJA.<o:p></o:p></span></i></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"></i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-z-jT6JCN02k/YCue9xZhWzI/AAAAAAAAdEY/4GZKJFPf7CgDoLfCzEynUebOZcDTp5cVwCLcBGAsYHQ/s960/no%2Bsoy%2Byo%2Bquien%2Bdibuja.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="960" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-z-jT6JCN02k/YCue9xZhWzI/AAAAAAAAdEY/4GZKJFPf7CgDoLfCzEynUebOZcDTp5cVwCLcBGAsYHQ/s320/no%2Bsoy%2Byo%2Bquien%2Bdibuja.jpg" /></a></i></div><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></i><p></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">El arte de Felipe Ortega Regalado –creo que lo tengo dicho
aunque con palabras distintas-, sensible antes que inteligible, parece surgir
como compensación de la pérdida de la transcendencia y del consiguiente
desencantamiento del mundo. Es, así, un arte con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">carisma</i>, no tanto a la manera weberiana<a href="file:///C:/Users/citer/OneDrive/Documentos/FELIPE%20ORTEGA%20REGALADO%20nuevo%20texto..docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
sino más bien como los griegos entendían el concepto de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">kharisma</i>, etimológicamente como un “don de la gracia”. Término que
amalgama lo sagrado y lo profano y que, por operar en esa doble dimensión, me
parece idóneo para resaltar el que considero principal rasgo del arte de FOR. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">La vindicación efectiva de la sensibilidad y de la fantasía,
generadoras ambas de un inagotable catálogo de formas, colores, texturas y
organismos de imposible fundamento, distingue el mundo figurativo de nuestro
artista a la vez que consigue burlar la lógica reductora y uniformadora del
principio de realidad. Lo que, en efecto, parece anidar en el arte de FOR es una
decidida voluntad de estetizar la vida. Y es bien sabido que a fuerza de
estetizar el arte se acaba, sin apenas esfuerzo, por estetizar la realidad
misma. Es una de las más filantrópicas virtualidades de la sensibilidad, pues
lo sensible nos ofrece a los seres humanos actuales un asilo de serenidad, un
consuelo, no por parcial menos precioso, de la doble condena de estar obligados
a chapotear en la corriente de una historia irremediablemente trágica y de
vernos desposeídos de una naturaleza que ha tenido que asumir su degradación y
renunciar a su antigua sacralidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Así como los seres humanos nos servimos de las palabras para
hacer del caos un cosmos, FOR se sirve de su peculiar e imaginativa gramática
de las formas para levantar un maravilloso inventario natural capaz de permutar
lo ordinario de lo existente por lo extraordinario de lo imaginado, a la manera
de los hermosos bestiarios medievales, que precisamente por su condición de “mágicos
inventos” subliman y, al tiempo, ensanchan el principio de realidad. Podríamos litigar
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">ad aeternum</i> sobre si el arte, en sus
distintas manifestaciones, debe aportar un significado o un mensaje moral a
quien lo recibe y fenecer en esas tediosas conjeturas. El dibujo poético de FOR
resulta, casi por definición, sugestivo, metafórico, polisémico, precisamente
porque<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su sustancia nutriente ni
transmite contenidos premeditados ni tiene voluntad de información y, mucho
menos, de lección. Los artistas-poetas se distinguen por aludir a algo distinto
de lo que sus imágenes, líneas, colores o palabras parecen expresar en primera
instancia. Sus obras remiten a una belleza inasible, inexpresable, por venir y,
sin embargo, coherente, cierta, que posee la consistencia de una <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ficción</i> de Borges o de un arabesco de
Otto Runge. Cuando la belleza se comunica a través de una forma autónoma y
sensible abandona su tendencia a la simulación y nos conduce hacia un nuevo
ámbito de sentido que termina por interrogarse sobre sí mismo. La poética
visual de FOR es, en este sentido, paradigmática: potencia el sentido de la
realidad sin necesidad de simularla o reproducirla. Y al hacerlo, consigue
materializar un mundo más <i style="mso-bidi-font-style: normal;">verdadero</i>
que el que nos ofrece la propia percepción de lo existente. Esta dimensión de
lo bello como un lugar inclasificable, en el que no hemos estado nunca pero
conocemos desde siempre, es también lo que le hace decir a un artista como él
que no es él quien dibuja su obra sino “una inteligencia magnánima”, la misma
que guarda la memoria de lo hecho, una inteligencia que no es más que el mismo
hacerse mientras se hace, y que es capaz de iluminar, como un relámpago en la
noche, aquello que llevamos dentro sin saber que lo llevamos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-v-G3JeecQ8E/YCv4YXKFTxI/AAAAAAAAdGA/eTA-Ds-7-4sof-yfJR0uHtF2B2C96pFVwCLcBGAsYHQ/s1280/for%2Bimagen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="887" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-v-G3JeecQ8E/YCv4YXKFTxI/AAAAAAAAdGA/eTA-Ds-7-4sof-yfJR0uHtF2B2C96pFVwCLcBGAsYHQ/s320/for%2Bimagen.jpg" /></a></div><br /><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/citer/OneDrive/Documentos/FELIPE%20ORTEGA%20REGALADO%20nuevo%20texto..docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri","sans-serif"" style="font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
El pensador alemán Max Weber, que descubrió el término en la obra del
historiador de las religiones Rudolph Shom, lo introdujo con notable
rendimiento en el acerbo de la Sociología, otorgándole una dimensión profana y
social.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></p>
</div>
</div>fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-56780504508822559602020-06-22T20:02:00.001+02:002020-06-22T20:02:10.220+02:00Arte y Vida<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-VOGJ5ryy6po/XvDx0tAgo9I/AAAAAAAAZno/TTqdm3LLxDkDhTmcHppc1JJwW1sxYlkHwCLcBGAsYHQ/s1600/sin%2Bt%25C3%25ADtulo%2BDonald%2BJudd%2B1972.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1297" data-original-width="1536" height="270" src="https://1.bp.blogspot.com/-VOGJ5ryy6po/XvDx0tAgo9I/AAAAAAAAZno/TTqdm3LLxDkDhTmcHppc1JJwW1sxYlkHwCLcBGAsYHQ/s320/sin%2Bt%25C3%25ADtulo%2BDonald%2BJudd%2B1972.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sin titulo, Donald Judd, 1972<br /><br /><br /><div style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El arte no es la vida. Empecemos por ahí. En todo caso, el
arte es algo que contradice a la vida, algo que irremediablemente la refuta. La
vida es, por esencia, transitoria e inestable y siempre acaba mal. El arte, en
cambio, es permanente o, como mínimo, aspira a serlo. En esto, como en algunas
otras cosas, no conviene desobedecer mucho a los griegos clásicos para los que
la cultura en general y el arte en particular eran actividades
“contemplativas”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hannah Arendt, que no era sospechosa de ser precisamente muy
platónica, decía –y la apreciación me parece tan precisa como preciosa- que en
una obra de arte el creador proyecta una idea o una emoción en un objeto que
está fuera de él. Y añadía: “Siendo así, el único criterio no social y
verdadero para juzgar las cosas específicamente culturales es su permanencia
relativa y aun su posible inmortalidad. Solamente lo que es capaz de durar en
el tiempo puede pretender ser un objeto cultural”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo que ocurrió a partir de la eclosión de las vanguardias a
principios del siglo pasado fue que esta visión del arte y de lo cultural fue
puesta en solfa, por arcaica y reaccionaria, no por las masas iletradas o los
representantes de la cultura “de medio pelo” sino, paradójicamente, por la
intelectualidad y las élites rectoras de la cultura moderna. El meollo del arte
y la cultura, sostenían muchos artistas y buena parte de la crítica, se había
desplazado de la obra en sí a la personalidad del artista o, lo que es lo
mismo, del objeto con vocación de permanencia al proceso transitorio. La obra
de los llamados “pintores de la acción” y el subsecuente trabajo teórico de un
crítico como Harold Rosenberg son ejemplos canónicos de lo que digo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero si la pintura es fundamentalmente acción no hay entonces
diferencias cualitativas entre el apunte inicial y el objeto final. No hay,
pues, jerarquías en el arte nuevo y cada acto es un <i>suceso</i> por sí mismo. Esta sería una de las consecuencias de
eliminar cualquier diferencia entre el arte y la vida. Otra: que el objeto
acabado, si es que lo está, tiene menos significación que los distintos
procedimientos que le dieron origen. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo que más llama la atención es que a pesar del importante
calado de estos cambios en el paradigma estético moderno, el propio talante
anti-intelectual y disolvente de este arte nuevo (preocupado en borrar de una
vez por todas la frontera entre el arte y la vida) no ha conseguido, no solo
revolucionar de manera irreversible la forma estética tradicional, sino ni tan
siquiera ofrecer una sola obra artística arquetípica, capaz de representar el
espíritu de su época. Aunque, quizá, eso
sería ya mucho pedir en una época como la nuestra. <o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-19568993164453791792020-06-16T12:06:00.001+02:002020-06-16T12:06:06.648+02:00Indefensos ante la Calamidad<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ARK6-wIlq08/XuiZaP6OgWI/AAAAAAAAZhM/LFBxXbGHz9wIlFlDujlSZWKA1jmJBNTGACLcBGAsYHQ/s1600/Triumph_of_Death_by_Pieter_Bruegel_the_Elder%2B1542.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="571" data-original-width="800" height="228" src="https://1.bp.blogspot.com/-ARK6-wIlq08/XuiZaP6OgWI/AAAAAAAAZhM/LFBxXbGHz9wIlFlDujlSZWKA1jmJBNTGACLcBGAsYHQ/s320/Triumph_of_Death_by_Pieter_Bruegel_the_Elder%2B1542.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Triunfo de la muerte, Brueghel el viejo, 1542</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De nuevo nos ha golpeado la calamidad. Y, como lo ha venido
haciendo a lo largo de la historia, volverá otra vez a golpearnos en el futuro
cuando menos lo esperemos. Nuestra sociedad occidental no está preparada moral
ni intelectualmente para las calamidades. El racionalismo, por una parte,
interpreta cualquier contratiempo existencial como un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">problema</i> para el que hay que encontrar una oportuna solución
aplicando, sin más contemplaciones, el principio lógico de que cada pregunta
concreta exige una respuesta determinada. Y, por otra parte, sostiene que la eficiencia
económica y el desarrollo tecnológico harán realizable la utopía de la de la
satisfacción general de las necesidades básicas de la población. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hasta el siglo XIX las sociedades humanas han estado
preparadas para la calamidad gracias a los viejos asideros trascendentales de
la realidad. Tradicionalmente el asidero por antonomasia fue la religión, que
lograba proyectar un orden cósmico sobre el plano de la experiencia humana.
Pero, desde el Renacimiento, las sociedades modernas han ido sustituyendo la
religión por distintas utopías en absoluto trascendentes, utopías que, muy al
contrario, deben realizarse a lo largo de la historia a través,
fundamentalmente, del avance científico y del progreso tecnológico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El problema real de la modernidad ha sido el de la creencia.
Y por eso las distintas crisis que hemos ido encadenando desde, al menos, la
segunda mitad del siglo XVIII han sido crisis del espíritu, pues los nuevos
asideros han demostrado ser ineficaces e ilusorios mientras que los viejos han
quedado inservibles por inverosímiles. Una situación que, como sociedad, nos ha
llevado al nihilismo. A falta de un pasado donde apoyarse y de un futuro en el
que poder creer solo nos ha quedado el vacío. Todavía en época de Nietzsche el
nihilismo podía ser una filosofía provocadora y de poderes casi taumatúrgicos
pero hoy, que ya no queda nada por destruir ni nada significativo en que creer,
el nihilismo posmoderno ha demostrado ser el aliado cultural más eficaz de
nuestra indefensión ante la calamidad. <o:p></o:p></span></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-21312088321414419012020-05-31T16:49:00.002+02:002020-05-31T16:49:50.505+02:00Poussin, el equilibrio<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">POUSSIN, EL EQULIBRIO<o:p></o:p></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-aPteR7vq3Ks/XtPDrsiB4iI/AAAAAAAAZMg/C9Ki4BrwOe09RzqCkUc23Rm0ZO12OX9YwCLcBGAsYHQ/s1600/Nicolas_Poussin_-_Apollo_and_Daphne%2B1660.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="608" data-original-width="800" height="243" src="https://1.bp.blogspot.com/-aPteR7vq3Ks/XtPDrsiB4iI/AAAAAAAAZMg/C9Ki4BrwOe09RzqCkUc23Rm0ZO12OX9YwCLcBGAsYHQ/s320/Nicolas_Poussin_-_Apollo_and_Daphne%2B1660.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Apolo y Dafne, 1664. El Louvre.</td></tr>
</tbody></table>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con la obra de ciertos artistas creo que se necesita mucho
tiempo para alcanzar un juicio definido. Ocurre especialmente si has
frecuentado desde joven ciertos cuadros que te interesaban o ejercían sobre ti
una extraña seducción pero no sabías muy bien cómo explicarla. Pasan los años
–a veces debe pasar más de media vida- y entonces un día empiezas a darte
cuenta del verdadero valor de su belleza. Con Poussin me ha pasado eso. De
joven lo admiraba, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sabía</i> delante de
él que estaba ante la obra de un maestro, pero solo ha sido mucho después
cuando he logrado comprender, de una forma íntima pero definitiva, por qué
Poussin era un maestro. No me extraña nada que un pintor tan reflexivo y
concienzudo como Cézanne sintiera profunda admiración por su obra, una
admiración, dicho sea de paso, no tan generalizada entre sus compatriotas,
enamorados entonces del Impresionismo aún en toda su potencia, como entre
algunos destacados </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">"<span style="mso-bidi-font-style: italic;">connaisseur</span>s”</span></i><span style="background: white; color: #202122; font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;"> </span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ingleses y alemanes de
la época. La crítica francesa, ya digo, vio en este artista poco más que a un
pintor aburrido y no fue hasta el público entusiasmo de Cézanne por él que la
cosa empezó a cambiar. Tildado muchas veces de “pintor intelectual” ha debido
esperar hasta bien entrado el siglo XX para que se le reconociesen sus indiscutibles
valores plásticos. Citaré en este sentido, sin ánimo de erudición, los canónicos
estudios de Friedländer, Grautoff o Blunt, todos ellos importantes valedores de
su legado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Del mismo modo que<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cézanne se convierte en un artista clásico al saber reprimir todo
impulso romántico en su obra, también en la evolución de Poussin observamos
cómo de sus conocidas imágenes del amor festivo pasa, en su producción final, a
practicar una meditación más desapasionada e incluso pesimista del sentimiento
amoroso. El <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Apolo y Dafne</b> del Louvre
es, por ejemplo, una buena prueba de ello y quizá el último mensaje de Poussin
a sus contemporáneos. Así, sus paisajes y escenas mitológicas finales rezuman
una sabia melancolía ligada a ese obligado dominio de las pasiones y al
reemplazo del ideal panteísta por una cierta resignación estoica. Y eso hoy, a
mi edad, lo entiendo mucho mejor y me toca en lo hondo.</span> <span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Poussin conecta el arte francés con el Alto Renacimiento y el
arte de la Antigüedad en su conjunto, proporcionando el punto de partida para
una tradición en la que incardinar luego tanto a un Ingres como a un Balthus.</span>
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Como ellos, pinta escenas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">pensadas</i>, hasta sus paisajes son
imágenes vestidas de pensamiento. Creo que la voluntad de ser clásico se funda
en la búsqueda del equilibrio entre la expresión y la idea, sin énfasis, sin
añagazas. Lo que me gusta, lo que en verdad me emociona de Poussin es su
persistente esfuerzo por alcanzar la clasicidad, ese inequívoco equilibrio
emocional, en un tiempo que ya empezaba a dar señales de desvarío. No hace
falta subrayar que sus pinturas fueron hechas por un artista culto, imbuido de
literatura fabulosa y legendaria, antigua y moderna, para clientes inmersos asimismo
en la cultura clásica. Un artista que se movió con comodidad en ese mundo de
mitos que, con el progreso, se ha vuelto cada vez más oscuro para nosotros.
Pero aun habiéndose perdido el contacto con el mundo imaginario del humanismo y
haciéndose, por tanto, la interpretación de sus imágenes una tarea difícil para
la mayoría de nosotros, lo que me sigue pareciendo emocionante –y también
significativo- es que esa supuesta dificultad no interfiere en absoluto en el
disfrute de la obra, en el placer de su pintura. Uno se da cuenta delante de
los cuadros de Poussin –especialmente de los de su larguísimo periodo romano-
de que no fue un ilustrador de mitos (ya fueran las Metamorfosis de Ovidio como
Los Siete Sacramentos del Catolicismo) sino, muy al contrario, un filósofo de
la pintura, por así decir. Para él la pintura parece el resultado de profundas
reflexiones, unas veces motivadas por la lectura y otras, seguramente, por
conversaciones con sus conocidos y colegas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los últimos diez años de su vida son una verdadera apoteosis.
Sensible a la belleza de la naturaleza, sirviéndose del mito no como un fin
sino como un medio, modulando la expresión y madurando sus ideas, realmente
termina por expresar la genuina serenidad de un mundo olímpico. Y lo que pinta,
entonces, ya no es la tierra que ve ni siquiera la alegórica que imagina sino
lo más parecido a un jardín ideal, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>posesión exclusiva de los dioses.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 177.0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-46944300717947993492020-03-10T00:17:00.002+01:002020-03-10T00:30:24.164+01:00La Piedra de los Siete Guerreros o Borges en su sitio<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La
piedra de los siete guerreros o Borges en su sitio.<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-MwM5a3gk_Ds/XmbOQ4jKgII/AAAAAAAATGU/1LsqblD9L3MhCWs1xFBoSjzxyEUB71qCwCLcBGAsYHQ/s1600/20200229_140649.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-MwM5a3gk_Ds/XmbOQ4jKgII/AAAAAAAATGU/1LsqblD9L3MhCWs1xFBoSjzxyEUB71qCwCLcBGAsYHQ/s320/20200229_140649.jpg" width="240" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "ar julian"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Amenazaba lluvia
pero la lluvia se demoraba en caer y en esa amable demora anduvimos recorriendo
el cementerio. Era la hora del almuerzo de un día terroso en Suiza y en el
céntrico cementerio de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Plainpalais</i> no
había un alma, excepto nosotros dos. Aunque el motivo de mi visita era Borges
el recinto nos pareció tan agradable que más que encaminarnos hacia su tumba
convinimos en deambular por sus límpidos senderos de grava sin urgencias, hasta
encontrar su lápida. Yo llevaba una precaria imagen de ella en mi recuerdo
(vista en alguna fotografía) y cuando creí reconocerla desde lejos sentí un
primer escalofrío. Resultó no ser la del autor de “El inmortal” pues semejantes
a la de él había otras lápidas por su zona. La hallé en un segundo intento y al
leer su nombre en la piedra me quedé plantado y me interrumpió la emoción.
Había llegado hasta aquí para mostrarle mi respeto y mi agradecimiento de
lector maravillado. El intenso placer intelectual y las impagables enseñanzas formales
de su lectura eran razones más que suficientes para, ahora que tenía ocasión,
acercarme hasta su nombre tallado en granito y darle las gracias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Carlos debió de
observar mi turbación y con gran tacto decidió alejarse unos metros fingiendo
atender otras tumbas. Yo, mientras reparaba en un triste ramo seco –sus flores ya
del color de la ceniza- dejado sobre un vaso de cristal desvaído por alguna fervorosa
mano entre la piedra y el seto de boj, aproveché para bisbisear unos versos del
maestro como si de una oración laica se tratara. Y así recité en voz muy baja
los últimos versos de “Las cosas”, ese asombroso soneto borgiano que así
termina: “¡Cuántas cosas/limas, umbrales, atlas, copas, clavos,/nos sirven como
tácitos esclavos,/ciegas y extrañamente sigilosas!/Durarán más allá de nuestro
olvido;/no sabrán nunca que nos hemos ido”. La discreción y la mesura marcaron
la vida pero también la muerte del escritor. Por eso decidió irse a morir a
Ginebra. “En Ginebra me siento extrañamente feliz” dijo, y luego añadió: “soy
un hombre libre. He resuelto quedarme en Ginebra porque Ginebra corresponde a
los años más felices de mi vida”. Se refería a su adolescencia, cuando en 1914
llega con su familia para una breve estancia y por causa de la Gran Guerra se
ven obligados a pasar allí cuatro años. Años decisivos en su formación en los
que aprende alemán y refuerza su francés y, creo yo, ve nacer su vocación
literaria. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-oMLdTgLJfs4/XmbOYLMFBqI/AAAAAAAATGY/MljI-Bb3o7ETAVKfrCilHACTJsws82j3wCLcBGAsYHQ/s1600/20200229_140718.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://1.bp.blogspot.com/-oMLdTgLJfs4/XmbOYLMFBqI/AAAAAAAATGY/MljI-Bb3o7ETAVKfrCilHACTJsws82j3wCLcBGAsYHQ/s320/20200229_140718.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , sans-serif; font-size: 12pt;">Borges aspiraba,
a un tiempo, a la invisibilidad (“he tomado, como cierto personaje de Wells, la
determinación de ser un hombre invisible”) y a la universalidad y Ginebra le brindaba ambas dones. El anonimato y un ecumenismo cultural de distintas lenguas
y religiones en grata convivencia. La misma lápida que ahora tenía frente a mí
lo declaraba sutilmente. Y también su entereza. En el frente, debajo de su
nombre, un círculo en el que se inscriben siete guerreros con sus armas
blandidas y, fuera de él, aún más abajo, un verso en el inglés antiguo de un
poema del siglo XI que conmemora la batalla de Maldon contra los vikingos. “Y
que no temieran” sería la traducción. Es parte de lo que les dice el líder
sajón a sus hombres antes de la batalla donde saben que van a morir y aún así
libran. Y es también lo que a buen seguro se repetiría voluntariosamente Borges
los meses que decidió pasar en Ginebra antes de morir.</span><span style="font-family: "bahnschrift light" , sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "bahnschrift light" , sans-serif; font-size: 12pt;">Pero por detrás la piedra también habla;
tiene tallada otra frase más larga, esta vez sacada de una saga nórdica (</span><i style="font-family: "Bahnschrift Light", sans-serif; font-size: 12pt;">Völsunga saga</i><span style="font-family: "bahnschrift light" , sans-serif; font-size: 12pt;">), que dice: “Él toma la
espada Gram y la coloca entre ellos desenvainada” y debajo, una talla de un
barco vikingo que, sin duda, simboliza la eternidad y el viaje del que no se ha de volver.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuando terminé
de dar la vuelta a su tumba y de hacer las fotos comprendí que Borges estaba en
su sitio, donde él quiso estar para siempre. Solo espero que en esta discreta
tierra suiza haya encontrado paz en el sueño. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-hOrC2nBfLBY/XmbOhbpIjfI/AAAAAAAATGc/PoqsbEKdhXAlohphQJLaxCko2dk6xDutwCLcBGAsYHQ/s1600/20200229_140825.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-hOrC2nBfLBY/XmbOhbpIjfI/AAAAAAAATGc/PoqsbEKdhXAlohphQJLaxCko2dk6xDutwCLcBGAsYHQ/s320/20200229_140825.jpg" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "bahnschrift light" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-83008412644124754252020-03-02T23:07:00.002+01:002020-03-02T23:08:44.004+01:00El jardín medieval del Maestro del Alto Rin<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-cyrZOfell6I/Xl2CGe5WdCI/AAAAAAAAS44/RQdbAgYw83wpwkYX20RXKpkIwaJHzIrawCLcBGAsYHQ/s1600/jard%25C3%25ADn%2Bdel%2Bpara%25C3%25ADso%2Bmaestro%2Balto%2Brin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="997" data-original-width="1280" height="249" src="https://1.bp.blogspot.com/-cyrZOfell6I/Xl2CGe5WdCI/AAAAAAAAS44/RQdbAgYw83wpwkYX20RXKpkIwaJHzIrawCLcBGAsYHQ/s320/jard%25C3%25ADn%2Bdel%2Bpara%25C3%25ADso%2Bmaestro%2Balto%2Brin.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pequeño Jardín Medieval. Maestro del Alto Rin, c 1415</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial" , sans-serif;">Cuando hablamos de arte medieval no conviene
olvidar que lo perdido es abrumadoramente más extenso que lo preservado y aun
esto, por desgracia, mucho menos abundante que lo conocido. Sucesivas e
innumerables destrucciones han ido asolando un patrimonio que, a buen seguro,
convierte lo que resta en una mínima parte de lo que en su día hubo de existir.
Destrucciones, en unos casos, fortuitas, pero las más de las veces provocadas
por el impulso destructor del hombre. Si a ello añadimos la deprimente falta de
documentación y la anonimia que afecta a más del 90% de los artistas románicos
y a una parte no muy inferior de los góticos, el panorama final se asemeja
mucho a un ruinoso jeroglífico sin esperanza de resolución.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";">Por no abrumar con demasiados detalles solo
recordaremos que más de la mitad de la obra de un artista de la talla de Roger
van der Weyden ha sido pasto del infortunio sin apenas memoria hoy de lo
perdido; o que dos de las manifestaciones más excelentes de la pintura de la
Baja Edad Media en Occidente como son el <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Díptico
de Wilton</b> (c. 1395) de la National Gallery de Londres o este <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pequeño Jardín del Paraíso</b> (c. 1410), que
ahora nos ocupa, siguen condenados a la lega orfandad por falta del más mísero
documento acreditativo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";">Nada sabemos de su autor excepto –y no de forma
concluyente- su procedencia y años en activo. Después de ímprobas investigaciones
y cotejos que a menudo derivaron en inevitables querellas entre historiadores y
especialistas por fijar una atribución o arriesgar incluso una identificación,
tenemos que seguir refiriéndonos al autor de esta admirable obra con el desalentador
título de “maestro”. Maestro del Alto Rin, por ser un poco más precisos, al
menos en su área de actuación. El arte del Medievo, ya lo hemos dicho, está
lleno de “maestros” sin nombre. Las investigaciones de eruditos como Carl
Gebhardt o Ernst Buchner son las que más cerca han estado de desentrañar el
misterio llegando incluso a arriesgar el nombre de Hans Tiefenthal. Sin
embargo, tal paternidad no termina de lograr el consenso de la cauta y recelosa
comunidad académica internacional. Sea como fuere, lo que no parece en
entredicho es que el autor de esta tabla vivió y trabajó del 1410 al 1448 en
ciudades como Basilea, Estrasburgo, Colmar o Sélestat, todas ellas conectadas
por el Rin. Del mismo modo, tampoco se cuestiona su adscripción a lo que se ha
dado en llamar estilo “gótico internacional”. La expresión es del historiador
de arte francés Louis Courajod y por ella entendemos una inclinación por las
líneas graciosas y refinadas, el movimiento elegante y una rica ornamentación
dispuesta a confundir lo sacro con lo profano que se desarrolla entre finales
del XIV y las primeras décadas del siglo XV. A todo ello habría que añadir el
gusto por los colores puros, encarnados aquí en la elección de verdes, azules,
rojos y blancos. Un estilo que, en definitiva, debe mucho a la costumbre de
iluminar los salterios o libros de horas y que hay que situar dentro de un
contexto cortesano, especialmente sensible al lujo y dispuesto a evadirse de una
realidad a menudo desoladora. En buena parte de la pintura de estilo gótico
internacional las escenas, incluso de carácter religioso, están concebidas para
el placer de los sentidos y los recursos pictóricos se dirigen a la expresión
de la belleza, evitando con cuidado todo detalle que pueda connotar drama o
excesivo desánimo. La presencia de la Virgen María con su hijo en el jardín del
Paraíso se convertirá, por tanto, en un tema perfectamente adecuado al espíritu
que animaba la estética tardomedieval, como demuestra el significativo número
de obras que lo aborda. El propio Maestro del Alto Rin según parece lo trató,
que se sepa, en otra ocasión logrando, de nuevo, una obra maestra: la gran
tabla de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La</b> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Virgen de las fresas</b> (c. 1420) del Museo de Bellas Artes de Soleura
(Suiza), en la que Nuestra Señora vuelve a aparecer rodeada de flores y pájaros
con corona dorada y un libro rojo entre sus manos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-UdnJuE7I_v8/Xl2DWfOvqmI/AAAAAAAAS5E/r3RTJNT_NEwX70IXCGyVDozV1j_OYK7WgCLcBGAsYHQ/s1600/virgen%2Bdel%2Bjardin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="726" data-original-width="742" height="313" src="https://1.bp.blogspot.com/-UdnJuE7I_v8/Xl2DWfOvqmI/AAAAAAAAS5E/r3RTJNT_NEwX70IXCGyVDozV1j_OYK7WgCLcBGAsYHQ/s320/virgen%2Bdel%2Bjardin.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #222222; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 10.5pt; line-height: 115%;">El motivo del “jardín cerrado o secreto”, del mismo modo que ocurrió con
“la adoración de los Reyes”, se convertirá para los artistas de la Baja Edad
Media en una magnífica oportunidad de “profanizar”, gracias a las licencias que
permite el arte, un tema sacro. Cuestión, esta última, que estudió con gran
profundidad Johan Huizinga en su imprescindible “El otoño de la Edad Media”. Este
jardín en el que vemos a la Virgen y a su hijo en compañía de seis santos aparece
protegido por un muro blanco almenado, lo que nos remite no sin fundamento al
tópico del “hortus conclusus”, tradicionalmente asociado a la virginidad de
María. Ya el mismo origen de la expresión es religioso pues su fuente
bibliográfica es nada menos que “El Cantar de los Cantares”, uno de los más
bellos libros del Antiguo Testamento: “h</span><span style="background: white; font-family: "arial" , sans-serif;">uerto cerrado eres, hermana mía, esposa <i>mía</i>,
huerto cerrado, fuente sellada” dice la traducción clásica, (Cantares, 4:12).
Ahora bien, si su fuente bibliográfica la encontramos en el Antiguo Testamento,
su más que probable fuente artística o iconográfica la hallamos, sin embargo,
en otro jardín medieval, el “<b>Hortus Deliciarum</b>”
de Herrada de Landsberg, una monja alsaciana del siglo XII que llegó a ser madre
abadesa de la abadía del monte <i>Saint
Odile</i> en la región de los Vosgos. Este “Jardín de las delicias” (primera
enciclopedia de la que se tiene noticia escrita por una mujer) se convirtió en
uno de los manuscritos iluminados más célebres de su época ofreciendo, no solo
a las pupilas de abadías y conventos de Centroeuropa sino también a artistas de
toda condición, un precioso inventario de imágenes y significados del concepto
de “paraíso terrenal”. Así, podemos decir que el jardín ideal de la Baja Edad
Media se ajustaba perfectamente a la imagen del “hortus conclusus”. Por otra
parte, la presencia del muro almenado era una constante iconográfica en la
ilustración de los libros de horas de los siglos XIII y XIV, sobre todo en los
territorios franceses y en la región de Bohemia. Un muro de trazado ideal, no
ajustado a ley alguna de proporción o escala y, por tanto, no integrado en el
paisaje de la escena. Su papel era de mero delimitador espacial, generador de
un marco que acota y subraya el episodio narrado. En este caso, el episodio
narrado no es más que una representación simbólica de la virginidad de María,
como ya se ha dicho. La Virgen aparece leyendo (por el gesto de sus dedos,
diríase hojeando) un códice de rojas cubiertas, que bien pudiera ser una Biblia,
con la cabeza inclinada en paralelo al libro y envuelta en manto azul mientras
su hijo, justo debajo de ella, parece disfrutar pulsando un salterio en
compañía de santa Catalina, aunque en esto no hay acuerdo. Nos parece aquí
oportuno recordar que el salterio era el instrumento de cuerda que se utilizaba
tradicionalmente en la Edad Media para acompañar la liturgia de las horas. Así
lo refleja, por ejemplo, una hermosa ilustración protagonizada por el rey David
en el <b>Salterio de París</b>, códice del
siglo X que guarda, como una de sus joyas, la Biblioteca Nacional de Francia.
Llama también nuestra atención el discreto lugar reservado a María que,
contrariamente a lo habitual, no ocupa el centro de la tabla ni siquiera su eje
vertical, configurando, en cambio, un vacilante círculo con las restantes
figuras femeninas a su derecha y con su propio hijo. Círculo que se inscribe
dentro de un triángulo escaleno que abarcaría a las ocho figuras representadas
en el jardín y del cual María sería su vértice superior. Algunos estudiosos de
la obra han pretendido identificar a la mujer que recoge cerezas en el hueco de
su faldón para luego trasladarlas a un gran cesto de mimbre como santa Dorotea,
quizá por ser el emblema de ésta una cesta de frutas y flores y estar
relacionado su martirio con la presencia de rosas y manzanas frescas en pleno
invierno. No pasa desapercibida la cita al árbol bíblico de la vida –aquí como
cerezo- por el movimiento serpentino de su doble tronco trenzado. Debajo de él,
por último, nos encontramos con quien podría ser santa Margarita o santa
Bárbara (ambas miembros del <i>Cuarteto de
Vírgenes Capitales</i> junto a las santas antes mencionadas) que en tierras alemanas
solía formar pareja con santa Catalina. Quienquiera que fuese, su labor
consiste en extraer agua de una pila rectangular con un cucharón de madera
sujeto a la pila por una cadena dorada. Pareciera que con tal acción quisiera
dar de beber a unas libélulas que revolotean a su alrededor. Si nos fijamos con
atención observamos que la pila tiene practicado en uno de sus extremos un
orificio de forma rectangular por donde fluye el agua a través de una rústica
canalización de madera en la que un pajarillo se ha posado con la clara
intención de beber. Fuera de su tradicional ámbito religioso estas tres mujeres
aparecen entregadas a labores más propias de los placeres sensuales y de la
instrucción infantil. Lo sacro y lo profano conviviendo en perfecta armonía en
un decorado encantador en contraste con la dura realidad del mundo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";">Por lo que respecta a las tres figuras masculinas
del lado izquierdo, lo primero que salta a la vista son dos cosas: la actitud
meditabunda y descansada y la mayor precisión en el detalle de sus vestimentas.
Su identidad, al menos en dos casos, ofrece menos dudas y también su
significado. Las alas iridiscentes junto al mono oscuro a sus pies indican que
el personaje que apoya su rostro en una mano no puede ser otro que el arcángel
san Miguel. A su lado, también sentado, está san Jorge con el pequeño dragón
que yace muerto a su espalda. El significado no parece entrañar mayores
dificultades: los dos hombres derrotaron al mal y de ese modo hicieron del
mundo (simbolizado en el jardín) un lugar más agradable y seguro. Sin embargo,
la filiación del hombre de pie apoyado en el árbol (de nuevo un elemento
decorativo ideal más, fuera de proporción) sigue ofreciendo resistencia y aun a
día de hoy no hay acuerdo entre los estudiosos y especialistas. Yo, si se me
permite, me inclinaría por la opción de san Bavón, santo de gran predicamento
en Flandes y los territorios de Alsacia y Lorena, amante de la vida en los
bosques y de los pájaros, por lo cual se le considera patrono de la cetrería.
Detrás de sus piernas, picoteando en el tupido prado, se distingue un pájaro
negro así como podemos ver otro en la copa del árbol sobre el que se apoya. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-yqVP9Sgwp-8/Xl2Dlf3PlMI/AAAAAAAAS5I/lYzdfxF_kJEznXQ-durs1dnbnqG1mNFwwCLcBGAsYHQ/s1600/santos%2Bdel%2Bjard%25C3%25ADn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1157" data-original-width="730" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-yqVP9Sgwp-8/Xl2Dlf3PlMI/AAAAAAAAS5I/lYzdfxF_kJEznXQ-durs1dnbnqG1mNFwwCLcBGAsYHQ/s320/santos%2Bdel%2Bjard%25C3%25ADn.jpg" width="201" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif;">Resulta significativo el detalle de que mientras
las mujeres actúan (incluida la Virgen), los hombres parecen meditar. Dejo la
observación aquí por si alguien estuviera interesado en tirar del hilo. Entre
ambos grupos, no obstante, se encuentra una mesa hexagonal de piedra blanca
sobre la que se han dispuesto, a cada lado de un paño asimismo blanco que la
cruza, una copa y un plato hondo con frutas en su interior y restos de otras
esparcidas a su vera. Tanto si son granadas como si son manzanas el simbolismo
cristiano resulta indiscutible. La mesa parece tener una doble función espacial
de hiato y diptongo a la vez, al actuar tanto de linde separadora como de nexo
de unión entre dos mundos: el femenino y el masculino. Además de ser soporte de
los alimentos sensuales en clara connivencia con los del espíritu como pueden
ser la música y la lectura del libro sagrado. Alianza de referencias profanas y
sacras que hacen de este jardín un lugar ambiguo: por un lado, Jardín del
Paraíso; por otro, Jardín del Amor. Jardín, por lo demás, ubérrimo, tratado al
estilo </span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">mille-fleurs</i><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif;"> tan popular en
los tapices y otras artes aplicadas de la Baja Edad Media. Pero aunque este
tratamiento fuera un recurso “idealizante”, tanto de la flora como de la fauna
no puede decirse que sean productos de la imaginación del pintor. Por el
contrario, las muchas flores que aparecen florecieron en los jardines
medievales: rosas, lirios, margaritas, violetas, alhelíes, claveles o peonías,
todas ellas presentes e identificables en esta obra y algunas cargadas de
simbolismo mariano, así como los numerosos y distintos pájaros e insectos: las
ya nombradas libélulas, las mariposas, el carbonero común, el petirrojo, el
martín pescador, el pinzón, el jilguero y así hasta un total de trece aves que
pueblan el jardín aportando encanto y placer visual</span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;"> </span><span style="background-color: white; font-family: "arial" , sans-serif;">a la escena.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: black; font-family: "arial" , "sans-serif";">Por último, recordar el pequeño formato de la
obra (26,3x 33,4 cm) que nos sugiere un encargo privado como imagen devocional
portátil, probablemente comisionada por una influyente y culta abadesa en la
medida en que el tema mariano fue muy solicitado a finales de la Edad Media por
abadías y conventos femeninos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-56466028057245822722020-01-26T23:39:00.000+01:002020-01-26T23:39:03.487+01:00El Salón de Té de Saeki Shunkô, 1936<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<u><span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El
Salón de té de Saeki Shunkô, 1936</span></u><span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">(</span><span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">una
aproximación a la pintura japonesa de la primera mitad del siglo XX)<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-3--N280v48I/Xi4UOpypbXI/AAAAAAAASAs/gqzFXEAsiwg2rhIkwM5E_RzKgWy56y5OACLcBGAsYHQ/s1600/sal%25C3%25B3n%2Bde%2Bt%25C3%25A9%2BShunko%2B1936.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1233" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-3--N280v48I/Xi4UOpypbXI/AAAAAAAASAs/gqzFXEAsiwg2rhIkwM5E_RzKgWy56y5OACLcBGAsYHQ/s320/sal%25C3%25B3n%2Bde%2Bt%25C3%25A9%2BShunko%2B1936.jpg" width="246" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold", sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold", sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Britannic Bold", sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Durante la primera
mitad del siglo XX el arte y la estética tradicionales de Japón se vieron
invitados a convivir</span><span style="font-family: "Britannic Bold", sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"> </span><span style="font-family: "Britannic Bold", sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">con la cultura y
las formas de vida occidentales, lo que produjo una era de palpitante
modernidad en el país y la creación de una pintura, arquitectura, diseño y moda
de un muy singular estilo art-decó (recuérdese, sin ir más lejos, los numerosos
trabajos de Frank Lloyd Wright en diferentes lugares del Gran Imperio). De
hecho, desde principios de la década de 1920 hasta finales de los años 30 Japón
desarrolló una cultura de consumo que caló sin dificultad en las grandes ciudades
e hizo de sus habitantes usuarios deseosos de las nuevas tecnologías
extranjeras. Así, numerosas capitales fueron sometidas a intensas
remodelaciones urbanas y empezaron a presentar calles bulliciosas repletas de
los nuevos signos del confort urbano: grandes almacenes, estaciones de trenes y
autobuses, cafeterías, salones de baile o de té, cines, etc.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ya desde el periodo
Meiji (1868-1912) se pueden distinguir dos grandes tipologías de pintura
japonesa: la nacional (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">nihonga</i>),
ejecutada en tinta o a color sobre papel o seda y la pintura de estilo más
occidental (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">yôga</i>), en óleo sobre
lienzo. No hace falta subrayar que el primer tipo de pintura fue considerado
allí un apoyo importante a la tradición vernácula mientras que el segundo se ha
relacionado con la modernidad extranjera. En cualquier caso, lo cierto es que a
partir del periodo Meiji el foco de influencia externa pasa de ser China,
paradigma tradicional del arte nipón, a ser Europa, que impondrá sus novedades
generando un enorme entusiasmo en el sector más “progresista” del mundo del
arte japonés. El ansia de aprendizaje es tal que, en muchas ocasiones, se llega
a una acrítica imitación de todo lo europeo, por ejemplo en el vestir; como lo
demuestra la novedosa combinación del paraguas europeo con el kimono
tradicional entre las mujeres. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero el entusiasmo
por lo occidental que marcó las primeras décadas de la era Meiji fue pronto
sustituido por una reacción antagónica que lideraron el historiador y crítico
de arte Okakura Kakuzô y el erudito en historia del arte nipón Ernst Fenollosa
(por cierto, de origen español), promotores del estilo “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">nihonga</i>” y, por tanto, empeñados en una revalorización de lo autóctono
como recreación de un estilo japonés antitético a Occidente y “lo moderno”.
Grandes espacios vacíos, énfasis en la línea del dibujo, rígida geometría como
matriz generadora de la composición y personajes de un hieratismo algo
aurático, en el sentido benjaminiano, serían sus rasgos distintivos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No será hasta 1907,
con la creación del “Buten” (Academia Oficial de Arte Japonés), bajo la tutela
del Ministerio de Educación, que los dos grupos artísticos (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">nihonga</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">yôga</i>) alcancen una especie de pacto de cohabitación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que, de facto, supondrá el inicio de un
proceso de síntesis entre ambos. De esta manera, a lo largo de la era Taishô
(1912-1926) van a convivir los dos estilos sin recelar demasiado del contagio
mutuo. No obstante, fue el estilo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">yôga </i>(promovido
por el Estado) el que predominó en estos años e hizo que muchos artistas
adoptaran técnicas propias de impresionismo y el postimpresionismo europeos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por una serie de
razones económicas, políticas y sociales (que ahora no es momento de
desarrollar) la vida artística de Japón se vio profundamente alterada en el
siguiente periodo Shôwa, en especial en los años que van desde 1926 a 1945,
etapa marcada por un creciente militarismo que se intensificó a partir de los
años 30. La atmósfera se fue enrareciendo no solo por los efectos de la Gran
Depresión de 1929 (muy virulentos en Japón) sino por una serie de factores
políticos y militares que desembocaron en la hecatombe atómica del 45. Son
estas circunstancias las que explican el amplio eco, en los ambientes
intelectuales y artísticos de esos años, del movimiento cultural “Retorno a
Japón”, inspirado en el famoso poema de homónimo título de Hagiwara Sakutaro (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nihon e no kaiki</i>), publicado en 1938 y
en el que se lamentaba de que sus compatriotas se hubieran rendido al
consumismo y materialismo occidentales. Fue, en realidad, este poema
extremadamente influyente el que sirvió a los nostálgicos de un Japón
tradicional una metáfora oportuna y adecuada para expresar sus vagos anhelos de
una vuelta a las esencias. En paralelo, la política cultural de los sucesivos
gobiernos de esta década se propuso revitalizar ese mismo sentimiento y optó
por eliminar de las exposiciones y muestras artísticas oficiales cualquier
signo de hedonismo o liberalismo asociados a muchas obras de arte del anterior
periodo Taishô, lo cual allanó el camino para el sistema de producción oficial
del arte de guerra en los años posteriores. Ahora, un pintor como Yukihiko
Yasuda (1884-1978), quizá el más excelente de los pintores “nihonga”, pasara a
convertirse en el artista ejemplar del movimiento “Retorno a Japón”. Líneas muy
marcadas capaces de crear espacios planos y bidimensionales serían el sello
distinguible del estilo de Yasuda, primitivo, espiritual y convenientemente
alejado del arte occidental, que adolece de un ilusionismo pretendidamente
científico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Britannic Bold","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No obstante, fuera
del alcance de este estilo nostálgico, una serie de pintores, entre los que
destaca, Tsuchida Bakusen (1887-1936) siguieron frecuentando los lenguajes
visuales vanguardistas, tanto en el estilo como en la temática. En este
sentido, resulta muy reveladora la tendencia surgida a finales de los años 20
que celebraba la modernidad incorporando al campo pictórico tradicional del
estilo “nihonga” temas significativamente modernos, en concreto, mujeres
vestidas a la europea en actitudes asimismo “modernas” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">moga</i>). Muchas de estas pinturas, deudoras de las estéticas art-decó
y Bauhaus, se interesan en retratar objetos como automóviles, telescopios o
mobiliario moderno. “Salón de té” que la pintora Saeki Shunkô realiza en 1936
(y que reelaborará en otra versión tres años después) es un logrado ejemplo de
este nuevo estilo “maquinista”. Dos camareras de salón de té con el cabello
corto y ondulado (signo “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">moga</i>” por
antonomasia) aparecen ataviadas con uniformes idénticos de estilo occidental (falda
larga y chaquetilla corta en doble pico y abotonada). Parecen posar, con las
bandejas de acero inoxidable medio ocultas detrás de sus faldas, en una actitud
entre cauta y servicial. Aunque se observan ligeras variaciones en sus poses
(la del flequillo de campana muestra los dos brazos al completo al tiempo que
retira con discreción la pierna derecha hacia atrás) ambas se nos presentan
como réplicas. Como si hubiesen sido capturadas en una instantánea, se
enfrentan al espectador de pie frente a una barra de bar y junto a un gran macetero
de cemento blanco que contiene unas vistosas cintas. Detrás, dividiendo buena
parte del enorme espacio vacío del fondo, un estante de forja alberga varias
macetas con cactus de distintas especies. La solería romboidal, los bordes
angulares de las plantas y las formas ovoides de las caras y las faldas dotan
de armonía geométrica a la composición y subrayan el interés de la artista por
la estética modernista. La propia colocación de las dos figuras,
ostensiblemente descentradas, es sin duda otro signo de modernidad que invita
al espectador a la sugerencia de un protagonismo compartido. No son tanto ellas
como el propio espacio, el salón de té con su sofisticada decoración, lo que
Saeki Shunkô ha querido –y sabido- representar de una manera delicada y moderna
a la vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-54160026133646078572019-12-11T21:18:00.000+01:002019-12-11T21:18:36.061+01:00La Verdad según Bernini<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-AE4jSdSzsZk/XfFOTwEShaI/AAAAAAAAQYI/4_3qMFHn1_0LCfjCJNCIP6NgY-PR-jgbACEwYBhgL/s1600/bernini%2Bmuseo%2Bborghese%2Bverit%25C3%25A0%2B1646.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="320" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-AE4jSdSzsZk/XfFOTwEShaI/AAAAAAAAQYI/4_3qMFHn1_0LCfjCJNCIP6NgY-PR-jgbACEwYBhgL/s320/bernini%2Bmuseo%2Bborghese%2Bverit%25C3%25A0%2B1646.JPG" width="163" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bernini, 1646. Galería Borghese</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: left;">
</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "AR CENA"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Es de Bernini pero no es un Bernini, es
decir, lo que entendemos por un Bernini. Esculpida en los días de su desgracia,
cuando la corte pontificia después de la muerte de Urbano VIII, lo deja sin
encargos y a su suerte –nada menos que a él, al creador del Baldaquino--,
decide abandonarla a las puertas de su casa, a modo de descargo acusatorio
frente a lo que entendió como tropelías y arbitrariedades de sus antiguos
mecenas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "AR CENA"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
verità svelata dal tempo</i>” (la verdad desvelada por el tiempo) es una obra
maestra inconclusa, quizá porque el propio título le pareció al artista más
urgente que la terminación de su obra. Se sabe, por ejemplo, que a la muerte de
Bernini sus herederos no tardaron en vender el gran bloque de mármol destinado
a representar el Tiempo como un velo al viento. La joven desnuda, por lo demás
medio sentada sobre un saliente rocoso, porta en la mano derecha un sol, como
emblema de la verdad, mientras apoya la pierna izquierda sobre lo que parece un
globo terráqueo, en la línea de la iconografía que Cesare Ripa había ya
codificado en su célebre “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Iconología</b>”
(1600).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "AR CENA"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero lo que hace de esta escultura un
Bernini tan particular es la ruptura con la idea barroca de la “gracia”.
Bernini imagina aquí una mujer de carne y hueso – no una santa ni una ninfa ni
cualquier otro tipo de divinidad--, pesada y generosa como una matrona de
Rubens que, liberada del velo que la oculta, despierta a la luz de la Verdad.
Alegoría y confesión personal a la vez.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "AR CENA"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero el Tiempo no se presenta aquí con
los típicos rasgos de un anciano blandiendo una hoz. Quien levanta el velo es
un personaje misterioso, invisible, porque nunca sabremos cómo lo imaginó el
escultor. Hay en esta obra algo voluntariamente inacabado, una intensidad de
volúmenes más que una sutileza de líneas, un realismo extraño que parece rehuir
del ideal. Todo ello, ya digo, la aparta de su época, la distingue, y hace de
este Bernini un extraordinario anticipo de la escultura moderna. <o:p></o:p></span></div>
<br /></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-66004517200737993002019-12-09T20:21:00.001+01:002019-12-09T20:21:40.871+01:00El Último Encuentro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-9ft3aaHKOUo/Xe6es3mb1BI/AAAAAAAAQT8/qnw4uklQRjQHqdSJVZcqWI3Nl2Kf4GI4wCLcBGAsYHQ/s1600/ultimo%2Bencuentro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="365" data-original-width="229" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-9ft3aaHKOUo/Xe6es3mb1BI/AAAAAAAAQT8/qnw4uklQRjQHqdSJVZcqWI3Nl2Kf4GI4wCLcBGAsYHQ/s320/ultimo%2Bencuentro.jpg" width="200" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">¿Hay algo más íntimamente insoportable que una amistad traicionada? ¿Puede uno sobreponerse a una sacudida emocional así?</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">Esta es la pregunta de la que trata esta novela. En un magistral duelo sin armas dos hombres muy viejos, íntimos amigos en la juventud, se retan con exquisita inmisericordia a decir la verdad. Y entonces lo que iba a ser un diálogo se convierte en un implacable, elegante y crepuscular monólogo que va cobrando las dimensiones de una auténtica venganza. La venganza de un viejo superviviente doblemente traicionado que solo espera morirse en paz. Una venganza naturalmente verbal, porque solo las palabras, cuando están bien elegidas y bien dichas, pueden acertar allí donde más duele.</span></div>
</div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-72694281374042760642019-12-09T20:16:00.001+01:002019-12-09T20:16:33.184+01:00Lo Que Importa<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
No. El mundo no tiene importancia. Lo que de verdad importa lo lleva uno consigo y no lo olvida nunca, aunque de esto te das cuenta cuando todo lo que te hizo vibrar te queda un poco lejos.</div>
<div style="text-align: justify;">
No me acuerdo de los viajes ni de las ciudades ni siquiera de la mayoría de los nombres y rostros de mis sucesivos amantes, pero me acuerdo de la casa de mis padres, de mi cuarto, de la finca donde jugaba a perderme entre los árboles. De la soledad también me acuerdo. De las<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;"> tardes de verano en la buhardilla viendo desde el balcón deslizarse lentamente los grandes trasatlánticos por la ría. La memoria tiene estas cosas, lo pasa todo por su tamiz mágico.</span></div>
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Resulta que pasan los años y se te olvidan algunos acontecimientos que creías de la mayor importancia y que luego el tiempo se ha encargado de disolver entre los recuerdos. Y, en cambio, de los tiernos pensamientos que te embargaban mientras veías pasar a lo lejos a los parsimoniosos trasatlánticos -el Santa María, el Rotterdam, el Camberra- te acuerdas ahora con admirable precisión.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Es posible que uno se acuerde con más claridad del principio cuando presagia no muy lejos el final.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /><span style="font-family: inherit;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-tigSy2N2k9c/Xe6dfrpfWHI/AAAAAAAAQTs/9NUNj2JQGZgPCokstClFSLjvmQDnxajRQCLcBGAsYHQ/s1600/canberra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="725" data-original-width="800" height="290" src="https://1.bp.blogspot.com/-tigSy2N2k9c/Xe6dfrpfWHI/AAAAAAAAQTs/9NUNj2JQGZgPCokstClFSLjvmQDnxajRQCLcBGAsYHQ/s320/canberra.jpg" width="320" /></a></div>
</span></div>
</span></div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5964975044229850243.post-83150048773635873042019-12-01T20:34:00.003+01:002019-12-02T19:54:11.111+01:00Sobrevivir en los gestos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="_3x-2" data-ft="{"tn":"H"}" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 12px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div data-ft="{"tn":"H"}" style="font-family: inherit;">
<div class="mtm" style="font-family: inherit; margin-top: 10px;">
<div style="font-family: inherit; position: relative;">
<div class="_5cq3 _1ktf" data-ft="{"tn":"E"}" style="font-family: inherit; margin-left: -12px; position: relative;">
<a ajaxify="https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10221881169202587&set=a.10201963179625296&type=3&eid=ARCAEVuWnXRHKUsHcJN-4UeDdcNjCl7CBdxlf0A_xKvJRoXGZJPGE2sW13QrjulTgzP1OMTF37oGTLsD&size=799%2C570&source=13&player_origin=unknown" class="_4-eo _2t9n" data-ploi="https://scontent-mad1-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/78789174_10221881169242588_4579786622010130432_n.jpg?_nc_cat=100&_nc_ohc=UB6QcwG3Y2MAQk5z1dIfL92AkgPUJiCE7VXafT-PF3KRfhr22KrwU68bA&_nc_ht=scontent-mad1-1.xx&oh=12e79fe72beee39eea1a66252eea3c77&oe=5E8BEAA4" data-render-location="timeline" href="https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10221881169202587&set=a.10201963179625296&type=3&eid=ARCAEVuWnXRHKUsHcJN-4UeDdcNjCl7CBdxlf0A_xKvJRoXGZJPGE2sW13QrjulTgzP1OMTF37oGTLsD" rel="theater" style="box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.05) 0px 1px 1px; color: #385898; cursor: pointer; display: block; font-family: inherit; position: relative; text-decoration: none; width: 514px;"></a></div>
</div>
</div>
</div>
</div>
<br />
<div class="_5pbx userContent _3576" data-ft="{"tn":"K"}" data-testid="post_message" id="js_wl" style="-webkit-text-stroke-width: 0px; background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 1.38; margin-top: 6px; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div class="text_exposed_root text_exposed" id="id_5de4140c1bce77269683249" style="display: inline; font-family: inherit;">
<div style="display: block; font-family: inherit; margin: 6px 0px;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Tengo que hablar de los muertos, así que disculpen si bajo la voz. Uno puede pasar años y años sin reparar en que ha estado menos solo de lo que se creía, de que ciertas presencias discretas pero tenaces lo han ido no solo acompañando en su vivir sino probablemente también orientando, aunque solo sea en esa forma precaria en que lo hacen los que ya no están aquí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">A los muertos de la familia de mi madre siempre los he tenido más presentes, a los de la familia de</span><span style="font-family: inherit;"> </span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">mi padre seguro que les he hecho esperar más hasta aceptar su convivencia. Pero un día también empecé a oir sus voces al yo hablar, a ver sus gestos en algunos de los míos, por ejemplo al saludar o al llevarme la mano al mentón cuando no sé qué creer.</span></div>
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">El carácter, la personalidad, lo poco que tú mismo agregas, es una menudencia en comparación con la marca que los muertos de tu sangre te han dejado. Familiares que ni siquiera has llegado a conocer sobreviven en ti, se ponen nerviosos y escriben versos o refrenan sus instintos y alimentan deseos como tú.</span></span></div>
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sobrevivir en los gestos, en las inflexiones de voz, en los arrebatos pero también en la manera de fumar o de besar en la boca. Es el modo en que los muertos se manifiestan y sin hacer ruido se resisten a morir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-tTYLK2icS0w/XeQVmCKi6LI/AAAAAAAAQJ4/lPwhP_c5Y1gjERHNxpYinhX_b_tvAIqzwCEwYBhgL/s1600/doblin%2Bisla%2Bmuertos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="312" data-original-width="600" height="166" src="https://1.bp.blogspot.com/-tTYLK2icS0w/XeQVmCKi6LI/AAAAAAAAQJ4/lPwhP_c5Y1gjERHNxpYinhX_b_tvAIqzwCEwYBhgL/s320/doblin%2Bisla%2Bmuertos.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">A Böklin. La isla de los muertos.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
</span></div>
</div>
</div>
fran lópez gonzález-camañohttp://www.blogger.com/profile/13277765027709635447noreply@blogger.com0