sábado, 25 de junio de 2011

La Sutil Fragancia

Escribí estos versos para dar salida a una tensión emocional. Así, la composición canaliza, en una especie de ascesis que se resuelve en dulce comunión con la naturaleza, determinadas emociones y sensaciones que la visión de unas obras de arte concretas habían producido en mi interior. Da igual ahora de qué obras estemos hablando. Lo trascendente es que la experiencia estética, el contacto directo con la obra de arte, sea capaz de provocar en quien lo experimenta una reacción tan profunda, tan literalmente entrañable que le lleve a convertirse en el arúspice de su propio corazón.

Nota: el poema es, completo, una sola oración gramatical. Conviene leerlo despacio, pero sin descanso, hasta el final. Y luego si acaso, respirar.
                                                
                                                          La Sutil Fragancia


Siento que me pierdo en la espesura
y me atiranto entre rayas, flechas y asteriscos
y floto, y atravieso geografías de electrones
y amapolas sin linaje, y desciendo
más abajo, a los huesos desleídos
de mi madre, hacia la piedra y su 
organismo, y a través de una maraña
de raíces verdecidas, con las yemas
de los dedos, busco a tientas las costuras,
los signos, las señales, y palpo
el brote blando y seminal de los monemas
y trago tierra, y no me ocupo ya sino
de dejarme penetrar por la sutil fragancia
del misterio.

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