Borremans, nº 10, nº 11 |
Después de ver las
35 obras que Michaël Borremans ha traído al CAC malagueño bajo el ambiguo
marbete de “Fixture” (semántica y fonéticamente turbio término que nos remite
tanto a “instalación permanente” como a “figura”) tengo más claro que nunca
estas tres cosas:
1. .Que Borremans es el más “español” de
todos los grandes pintores extranjeros. Su pincelada es manifiestamente
velazqueña. Y su paleta también. No he visto a nadie desde los tiempos de Degas
que manejara los grises ópticos de los fondos con tal maestría.
2 .Que Borremans ha llegado a pintar
como quería no hace tanto tiempo, seis o siete años a lo sumo. Basta observar
las diferencias entre obras como “The Preservation” o el retrato llamado “One”,
ambas de los primeros años de este siglo, y sus impresionantes retratos “The
angel”, “The missile” o “Lakei”, todos ellos realizados a partir del 2010, para
comprobar su fulgurante evolución técnica y cómo Borremans ha pasado de ser un
nuevo figurativo más a ser Borremans a secas.
Borremans, Lakei, 2012 |
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