He aquí un artista riguroso,
con un proyecto que cuanto más se desvela más coherente nos parece y con esa
desacostumbrada virtud de hallar siempre algo interesante que contar y al
contarlo, hacerlo aún más interesante.
Simon Zabell vuelve a la
galería sevillana Alarcón Criado y
esta vez lo hace de la mano de Robert L Stevenson, descarga desencadenante de
su última serie de trabajos que ha querido titular, remedando a otro escritor
británico como es Graham Greene, “Our men in Tahiti”.
No quisiera detenerme ahora en
los pormenores de la minuciosidad y rigor con los que Zabell planifica y
organiza el trabajo de campo, por decirlo así, de sus obras seriadas. Ya lo
dije en otra ocasión al hablar de su “Of Canyons and Stars”: como es habitual
en él “con lo que nos topamos es (…) con un trabajo seriado de reposada
elaboración intelectual que surge a partir de una experiencia que se origina
fuera del campo de la pintura aunque dentro del más amplio espacio de la
cultura”. Simon Zabell es un artista
culto –dato a no minusvalorar- y que haya escogido en esta ocasión “Bajamar”,
el último y menos benigno de los relatos exóticos de Stevenson, poco
frecuentado, por lo demás, por sus lectores, es detalle que no debiera pasar
desapercibido.
Pero, ya digo, prefiero
incidir, en cambio, en otras cuestiones. Por ejemplo, en la refinada elegancia
de la sucinta gama de colores empleados (que tiende a virar de los azules
violetas a los grises más perlados); o en el virtuosismo de una pincelada gruesa,
enroscada y absolutamente apropiada para el tema. Es evidente, por si a alguien
se le había olvidado, que Simon Zabell es pintor, aunque no solo.
Por último, quisiera destacar
el carácter engañosamente figurativo de esta exposición, probablemente la serie
de lienzos más “realista” del pintor (quizá como deferencia al propio
Stevenson) pero solo si entendemos que está concebida, planteada y ejecutada
toda ella a partir de unos fundamentos nítidamente conceptuales.
No creo que tenga que añadir
que a mí no solo me ha gustado sin ambages sino que me ha convencido en lo
profundo.
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