domingo, 20 de enero de 2013

El Paseo

No conozco mejor modo de estar conmigo que el paseo. Entiendo el paseo como un placer solitario, todo lo más con tu perro. Pero tu animal es la otra cara de ti y cuando va a tu lado no tiene necesidad de decirte nada porque no sabe lo que es el silencio.
Y el silencio y un espacio abierto son las condiciones necesarias para que lleguen los pensamientos y las imágenes más fértiles. Al menos para mí. Por eso, creo yo, el mundo del arte y la cultura está tan colmado de paseantes.
Particularmente prefiero los paseos al atardecer o en las primeras claras del día, cuando la luz es todavía incierta y no ha logrado despegarse de los diversos velos que la envuelven. Son minutos donde todo pasa y cambia muy deprisa a tu alrededor, pero tú, quizá por contraste, te sientes más apegado a la tierra que pisas y te sostiene.
Estos pocos paisajes que aquí os muestro son algunas de las imágenes que he ido captando mientras paseaba y que, sin duda, han terminado infiltrándose en mi sangre.


1 comentario:

  1. Una maravilla, milagros cotidianos que pasan a diario a nuestro lado y no les prestamos atención. Gracias Fran.

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