sábado, 10 de noviembre de 2012

A Agustín García Calvo, In Memoriam


A Agustín García calvo, in memoriam


Que Agustín García calvo consiguiera ser funcionario del estado español cuando franco estaba en plenas facultades y ejercía a pleno rendimiento viene a confirmar aquello que decía otro Agustín (éste, de foxá) sobre el franquismo (a saber, que era una dictadura muy atenuada por su propia incompetencia). A dios gracias.
a.García calvo supuso para generaciones de jóvenes estudiantes de filosofía y letras de aquella España tan asfixiante una bocanada de aire libre, libre y puro. Y un estímulo intelectual de efectos psicotrópicos. Fernando savater, Félix de azúa o Miguel ángel Velasco no serían los mismos sin la obra y la figura de este libérrimo humanista paganizante, por ejemplo.
Si los días se pudieran elegir, seguro que García calvo habría elegido el día que murió para morirse. El día de todos los santos, como su último choteo sublime. Filólogo erudito, ensayista lucidísimo, poeta inimitable, brillante traductor de lenguas clásicas y vivas, la ciudad de Sevilla tuvo el inesperado (y quizá también inmerecido) privilegio de disfrutarlo durante casi diez años cuando llegó a principios de los cincuenta para ocupar la cátedra de lenguas clásicas en la facultad de filosofía. Años en los que estoy seguro  enseñó a sus alumnos cosas que, de otro modo, nunca hubieran aprendido porque ninguno de los que por aquí ejercía se las hubiera podido enseñar.
Esta tarde releeré algunos de sus poemas de “Canciones y soliloquios” para que, al menos, su palabra, su música y su pensamiento me consuelen un poco de su ausencia.
Os dejo para compartir la versión musical que Amancio prada hizo de uno de sus poemas más gloriosos “El mundo que yo no viva” y que aquí canta acompañando a María dolores pradera. Poema Ahora literalmente perfecto.



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