miércoles, 11 de julio de 2012

Una cabezada entre los pinos

No suena igual el viento entre los pinos que entre los eucaliptos. Entre los pinos su sonido se agrava, se demora, se enreda en sus densas copas mientras que en los eucaliptos el viento se escurre silbando y deja suspendido en el aire un ligero perfume a menta.
Esta mañana, con los primeros rayos de sol, me he dormido sobre un manto de agujas secas de pino. Al poco me despertó un intenso picor de hormigas y cuando he llegado a casa y me he quitado la ropa he reparado en el maravilloso aroma que traía conmigo y que aun guardo en la palma de una mano.

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