viernes, 8 de julio de 2011

El Arte Contemporáneo: mísero escaparate de provocaciones

¿Por qué solemos tan a menudo perder pie ante el arte contemporáneo? ¿Por qué lo vemos como algo tan ajeno a nosotros y nos importa tan poco?
Parece como si para el artista que milita en la estricta contemporaneidad fuese prioritario ocultar a la posteridad los rasgos que caracterizan al hombre contemporáneo. De todo esto y de algunos detalles más se ocupa José Javier Esparza en su breve y ameno ensayo Los Ocho Pecados Capitales del Arte Contemporáneo.
Boca Blue, Ed Paschke
¿Sólo ocho? Desde luego, son todos los que están, aunque no estoy muy seguro de que estén todos los que son. En cualquier caso, y por resumir, aquí tienen los ocho pecados según Esparza:


1. El culto de la novedad.
2. La ininteligibilidad que se materializa en la desaparición del referente visible.
3. La laxitud del soporte.
4. Su naturaleza efímera.
5. La constante tentación de nihilismo.
6. La domesticación por el poder.
7. El naufragio de la subjetividad del artista.
8. Destierro del concepto y de la aspiración de belleza.

Bien es verdad que no todo el arte contemporáneo es así, pero Esparza habla de tendencias generales. Es muy interesante leer las penitencias que el autor impone a los artistas que aún están en disposición de querer volver a reconciliarse con el público, destinatario natural de su trabajo. Pero eso tendrán que descubrirlo por ustedes mismos...

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