Hollywood es
vulgar. Cualquier persona que haya leído al menos tres libros lo sabe, como
sabe que no existe el humor fino en España. Cada vez estoy más convencido de
que la verdadera razón del interés de Hockney por las piscinas de Los Angeles
radica en su capacidad de metaforizar irónicamente las superficies refulgentes.
A nadie en su sano
juicio se le ocurriría pasar sus vacaciones en Hollywood, excepto quizá a un
coleccionista de piscinas en horas bajas, tipo Burt Lancaster en “El nadador”,
de cuyo juicio, dicho sea de paso, tampoco podría afirmarse que anduviera muy sano.
D. Hockney, A Bigger Splash, 1967. |
Hollywood,
supongo, solo podría resultarme momentáneamente soportable en el supuesto de
una tumultuosa fiesta de trajes, joyas y sonrisas delirantemente caras en
cuerpos insultantemente jóvenes en el desparramado jardín de una casa, por
supuesto, con piscina. Hockney, que se trasladó a Los Angeles a mediados de los
sesenta, a buen seguro pudo asistir a muchas de esas fiestas y bañarse en todas
las piscinas. Pero, atrevido e inconformista como solo se podía ser en esa
década, dio otro paso al frente y decidió pintarlas.
Pintar piscinas
como tema tiene sus riesgos. Y si lo haces con ínfulas de artista los riesgos
pueden ser letales. Más, si en la piscina solo hay agua. Pueden acabar con
tu carrera. No imagino a muchos artistas con la necesaria seguridad en sí
mismos como para asumirlos sin complejos. En el caso de Hockney, desde luego,
no fue así. Más bien, al contrario: pintar piscinas supuso el inicio de su
definitivo lanzamiento internacional. Y de este modo, su osadía, teñida de esa leve
sorna que se gastan los británicos con las debilidades
norteamericanas, tuvo su recompensa y, al poco, se hizo millonario.
Aunque solo fuera
por eso –que, sin duda, no lo es- su eminente papel en el arte contemporáneo
estaría más que justificado.
o no has visto como acaba el Gran Gatsby?
ResponderEliminarInteligence and pools: imposible mix
ResponderEliminarEl Gran Gatsby acaba tan mal como Scott Fitzgerald, pero seguro que Hockney se guardará muy bien de morir ahogado en ninguna piscina. Las conoce demasiado bien.
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