martes, 26 de marzo de 2019

Artistas y Marcas










Les femmes d´Argel, Picasso





Muchos coleccionistas de arte contemporáneo como no confían en su propio juicio -el juicio estético se alcanza con dificultad y después de haber hecho una lenta y arriesgada inversión en tiempo- ven más fácil confiar en una marca. Para ello les basta con invertir solo dinero, a ser posible mucho dinero.

El primer caso de artista-marca del arte moderno podría ser Picasso. Inmediatamente después se abrió la veda: Rothko, Pollock, Warhol, Richter, Freud, son algunos casos conocidos. Pero aunque se convirtieron en marcas, aún seguían siendo artistas.En nuestros días, sin embargo, Koons, Hirst o Kawara, por citar tres ejemplos que encantan a los coleccionistas ricos, son básicamente marcas.
Observen ustedes la situación y comprueben cómo, también en el mundo del arte, una imparable y sofisticada decadencia de naturaleza extraartística -pero propia de la condición humana- se empeña en convertirnos, con el eficiente concurso de los medios de comunicación de masas, en rendidos admiradores de un deslumbrante joyero sin joya dentro.



Balloon Dog, J. Koons

El arte también

La angustia que nos alcanza cuando se rememora lo que se ha perdido es semejante a encontrarse de pronto, en la intimidad del hogar, una vieja figurilla de barro muy querida hecha añicos en el suelo. 
Uno se afana en encajar las diminutas piezas hasta lograr rehacer la perdida forma original. Y lo que se consigue es un remedo, que es y no es la genuina figurilla perdida. 
La vida, especialmente cuando se la lleva bien vivida, es una suma de sucesivas pérdidas y separaciones, y de los recuerdos de esas pérdidas y separaciones. También para recordar con menos dolor existe el arte.