Sangre
de dragón, escama de serpiente
Así se llama la
exposición que puede disfrutarse en el Castillo del Buenconsejo (Castello del Buonconsiglio) de Trento
hasta principios de enero del año que viene. A los que nos encantan los
bestiarios medievales y los animales fantásticos del mundo clásico la ocasión
se nos antoja pintiparada para hacer otro viaje a Italia.
Castello del Buonconsiglio, Trento |
El castillo de
Trento es, además, un lugar idóneo para una muestra así. La ciudad, a caballo
entre el musgo germánico y la vid mediterránea, territorio austriaco hasta el
fin de la Primera Guerra Mundial, se encuentra situada en lo que los austriacos
siguen llamando el sur del Tirol y tanto el gran valle como los frondosos
bosques de coníferas que la protegen hacen de ambos, ciudad y castillo, el escenario
perfecto para este despliegue de las más elaboradas criaturas imaginadas por
una mente humana. Encaramado en la cima de la colina más alta de la ciudad el
gótico castillo, antigua residencia de los príncipes de la Iglesia hasta el
siglo XVIII, ve ahora desfilar por sus magníficas estancias una corte de
dragones, centauros, unicornios, grifos, basiliscos, serpientes, esfinges y
otros extravagantes parientes que parecen querer salir de las telas de lienzos
y tapices y de las piedras de joyas y relieves.
Sta. Margarita, Tiziano |
Escultura,
pintura, arquitectura y orfebrería puestas al servicio de un mundo mágico
animal a través de la imaginación y el miedo de los hombres. Una ocasión única
para admirar de un golpe la Santa Margarita de Tiziano y el Laooconte del Museo
del Bargello de Florencia y el bestiario del maestro Wenceslao y el precioso
herbario medieval del propio castillo trentino y hasta un misterioso gato
momificado egipcio.
Enemigo, trofeo de
caza, compañero de trabajo, medio de transporte, portador de mensajes ultraterrenales
los animales siempre han acompañado al hombre en el día y en la noche, como
sustento y como pesadilla. Y en ellos el hombre ha visto no solo la fuerza de
una naturaleza primigenia y terrible sino también la encarnación del impulso
heroico y de una cierta emoción de carácter mágico-religioso.
Animales
fantásticos en cuyas escamas y sangre el hombre no ha hecho otra cosa que
representar aquello que más le cuesta aceptar de sí mismo.
Lucha de Cadmo y un dragón, urna etrusca |
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