El Abismo
De repente entre tú y la ventana
se cuela un silencio fortuito
y dejas de ver el paisaje
para pasar a considerar el silencio.
Y el silencio te lleva inexorablemente
a un lugar mucho más grande
donde no hay montañas ni ríos ni horizontes
sino un hombre que se asoma a una ventana
y ve abajo la magnitud del abismo.
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